Conoce la historia que hay detrás del robot aspirador
Desde barrer hasta fregar, ninguna forma de limpieza escapa del campo de actuación de este inmejorable compañero de fatigas domésticas
A estas alturas, todos sabemos lo que, más o menos, viene a ser una aspiradora robot y sus múltiples utilidades, que han revolucionado la limpieza cotidiana que realizábamos hasta ahora.
Gracias a este aparato, tenemos la oportunidad de limpiar nuestra casa tranquilamente, sentándonos en el sofá, por ejemplo: solo hay que poner en marcha el aspirador y dejar que el solo se encargue de todo. Desde barrer hasta fregar, ninguna forma de limpieza escapa del campo de actuación de este inmejorable compañero de fatigas domésticas.
Una serie de facilidades que no pasado inadvertida entre la población. Y es que, ya en el año 2016, Colin Angle, cofundador de iRobot, una de las empresas de referencia en el sector, señaló que el 20% de las aspiradoras a nivel internacional eran de diseño robótico, una cifra que demuestra el imparable éxito de este vanguardista artefacto. En este sentido, un repaso a su historia, aunque sea breve, podría resultar muy instructivo.
Los primeros pasos del aspirador robótico
El robot aspirador, tal y como lo conocemos, nació en el año 1996, de la mano de la empresa sueca de electrodomésticos, Electrolux. El nuevo invento fue denominado Electrolux Trilobite, y fue dado a conocer al gran público, en mayo de este mismo año, gracias al programa de la British Broadcasting Corporation denominado “El mundo del mañana”, aunque no sería puesto a la venta como producto hasta el año 2001, como el modelo ZA1.
Este aparato logró funcionar con autonomía, gracias a que se encontraba provisto de rayos infrarrojos que le impedían el choque con objetos con las paredes y otros objetos, así como la caída por las escaleras.
Tres años después, veía la luz una versión mejorada, en la que se pretendía pulir determinados aspectos del original, el ZA2. A día de hoy, Electrolux ya no fabrica este tipo de aspiradores robóticos, si bien, en septiembre de 2016, le desarrolló un sustituto, el MotionSense.
Otro intento reseñable, en este sentido, fue llevado a cabo, en el año 2004, por la compañía de tecnología británica Dyson, que construyó un aspirador robótico conocido como el DC06. Su elevado número de sensores (más de setenta) y sus cincuenta y cuatro baterías dieron lugar a un producto considerablemente caro, razón principal por la que el proyecto no consiguió prosperar.
Pero es la compañía estadounidense iRobot Corporation la que marcó un punto de inflexión. Fundada en el año 1990, por tres miembros del Laboratorio de Inteligencia Artificial del Instituto de Tecnología de Massachusetts, Helen Greiner, Rodney Brooks y el ya citado Colin Angle, su primer producto estrella, en este terreno, fue el Roomba, que fue lanzado en el año 2002.
Aunque, como hemos visto, no fue el primer aspirador robótico, su amplia gama de funcionalidades y su depurado, a la par que funcional, acabado técnico, muy solvente a la hora de abordar las tareas para las que había sido programado, hicieron que, con gran rapidez, se convirtiera en el más exitoso del mercado, con unas cifras récord de ventas.
Lejos de conformarse con los espectaculares resultados conseguidos, IRobot fue un paso más allá y siguió innovando en este ámbito, lanzando al mercado un nuevo artefacto, que también cambiaría el mundo de la limpieza: el modelo Scooba que, con respecto al Roomba tiene la capacidad de fregar suelos, un tipo de artefacto que no había sido diseñado con anterioridad.
Una serie de logros que han conseguido que iRobot tenga más de la mitad del mercado de aspiradores robóticos, un mercado que sobresale por la calidad de los productos y su adaptabilidad a las exigencias de la ciudadanía.