Unas 50 pequeñas desaladoras privadas regularizan su situación en Lanzarote
La existencia de esas instalaciones evita que los "cortes" de aguas de abasto a la población local aumenten
Los propietarios de esas pequeñas desaladoras portátiles, con producciones de 100 a unos 500 metros cúbicos, están sobre todo en Costa Teguise y en Playa Blanca, aunque también hay algunas en Puerto del Carmen. En total producen cerca de 15 mil metros cúbicos de agua dulce al día.
Gracias a esas desaladoras de autoconsumo privadas los cortes de agua son menores entre la población local. De no existir esas desaladoras, hoy media Lanzarote estaría sin agua, según expertos cercanos al Consorcio del Agua.
Ahora, será el Consejo Insular del Agua quién deberá aprobar o no la regularización de esas desaladoras privadas de autoconsumo si cumplen con los parámetros urbanísticos, técnicos y medioambientales.
Hay que recordar que esas desaladoras nacieron hace años cuando Inalsa, la empresa pública del agua de abasto de Lanzarote, empezó a tener grandes problemas para suministrar agua al creciente sector turístico. También porque cada vez subían más las tarifas del agua industrial. "Para que los lectores se hagan una idea, si a un hotel le sale a poco más de un euro la producción de una tonelada con sus propias desaladoras, Inalsa les cobraba 3 euros, lo que sin duda para muchas de esas empresas suponía un coste muy elevado en sus cuentas de explotación", señala un empresario turístico de la isla.
Hace unos años había un limbo legal en Lanzarote a la hora de poder regularizar la situación de esas desaladoras a pesar de que desde mayo de 2018 hay una sentencia del TSJC dando la razón a Asolan quién recurrió el viejo Plan Hidrológico de Lanzarote 2015.
Ese viejo Plan Hidrológico de 2015 señalaba expresamente que la producción y venta de agua en la isla de Lanzarote se asignaba en régimen de monopolio al Consorcio Insular del Agua de Lanzarote, lo que contravenía una serie de directivas españolas y europeas. Tal fue así, que el Tribunal Superior de Justicia, en su sentencia de 2018 vino a decir que en Lanzarote podían coexistir las desaladoras de ámbito público con las desaladoras privadas para autoconsumo. Es decir, que las empresas privadas, la mayoría hoteles, podrían instalar esas desaladoras, pero sólo para consumo propio y no para vender a terceros.
Precisamente, por esa sentencia favorable a Asolan, al Gobierno de Canarias del PSOE en la pasada legislatura, no le quedó más remedio, y a pesar de la oposición ideológica del núcleo duro socialista encabezado por Espino y Dolores Corujo, que introducir en el Plan Hidrológico de Lanzarote recién aprobado la posibilidad de que se instalaran desaladoras privadas en la isla para abastecimiento propio.
Gracias a ese nuevo Plan Hidrológico esas 50 desaladoras privadas quieren ahora regularizar su situación. Y otras de nuevo hoteles como el famoso Hotel de los Hermanos Domínguez, solicitar la puesta en funcionamiento de una desaladora en Playa Blanca.
A pesar de todas esas evidencias el PSOE de Lanzarote sigue insistiendo, y así lo demostraron en una de las propuestas de resolución del Debate de Isla de hace unos días, en recurrir el Plan Hidrológico de Lanzarote. Plan Hidrológico que por suerte se aprobó en la época de Oswaldo Betancort porque Dolores Corujo presionó al Gobierno de Canarias en la época del socialista Ángel Víctor Torres para que no saliera adelante. Ese empeño de Dolores Corujo costó un tirón de orejas al Gobierno socialista por parte de las autoridades españolas y europeas que veían que no se cumplía con los plazos. Tuvo que llegar el gobierno de CC-PP para aprobar el nuevo Plan Hidrológico de Lanzarote, que va a permitir no sólo la instalación de nuevas desaladoras sino mejorar el ciclo integral del agua.