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Muere el "vikingo" más lanzaroteño

 

Casado con Mercedes Coll, Per Bjorn Christensen, diseñó la urbanización residencial Los Mojones de Puerto del Carmen

 

  • Lancelot Digital
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    Este martes 30 de julio fallecía Per Bjorn Christensen, el danés que se enamoró de Lanzarote, de su arquitectura y de su gente. Murió en su casa de Puerto del Carmen a la edad de 88 años rodeado de su familia. Era diseñador industrial, aunque su verdadera pasión era la arquitectura a la que dedicó gran parte de su vida. Precisamente participó en el diseñó la urbanización de Los Mojones, en Puerto del Carmen, allá por los años 70, a modo de pueblo lanzaroteño tradicional.

     

    Casado con Mercedes Coll González, en 1974, llegó a Lanzarote llamado por su amigo de infancia Niels Prahm, uno de los primeros promotores turísticos que  atrajo  inversionistas de los países nórdicos a Lanzarote y otras islas del Archipiélago canario.

     

     

    Bjorn también participó en la creación y diseño del llamado Café de París en la Avenida de Arrecife a finales de los años 70 que se convirtió en uno de los restaurantes de referencia por su innovadora cocina, especialmente su famosa fondue (carne cruda que se freía en la propia mesa y se embadurnaba con distintas salsas).

     

    También fue el que reconvirtió la nave de LANCELOT, frente al Museo Internacional Castillo de San José, en la que fuera la sede de EDITORIAL LANCELOT a finales de los años 90, hasta hace unos años.

     

     

    También diseñó muchos chalets residenciales por distintas zonas de Lanzarote, siempre bajo la influencia de la arquitectura popular, a la que le buscó pragmatismo y modernidad para adaptarla a los nuevos tiempos, pero sin perder la idiosincrasia de las viejas casonas insulares de los siglos XVIII y XIX.

     

    Enamorado del libro de César Manrique, 'Lanzarote, arquitectura inédita', siempre defendió el discurso del artista lanzaroteño, en relación a la  defensa  del territorio y de no estandarizar las construcciones con modelos ajenos a la isla.

     

     

     

    Además, Bjorn Christensen enseñó a algunos maestros-albañiles de la isla a emplear técnicas modernas de construcción, también a fontaneros, pero sobre todo a carpinteros principiantes, que luego se convirtieron en buenos profesionales.

     

    "Era una persona singular, curioso y gran amante del Lanzarote tradicional", señalan a Lancelot Digital varios conocidos y amigos, que destacan de él, sobre todo, su bondad y generosidad. La gente que lo conocía enseguida lo quería, a pesar de que a veces era "muy cabezudo".

     

     

    No se adaptó muy bien a los últimos y profundos cambios de la sociedad lanzaroteña. Afirmaba que el Lanzarote de hoy nada tiene que ver, para lo bueno y lo malo, con el que él siempre ideó cuando fundó una familia al casarse con la lanzaroteña Mercedes Coll González, una de las pocas mujeres de la isla que en aquella época hablaba inglés, y con la que tuvo 4 hijos: Simon, Hanne, María y Per Bjorn. Mercedes fue la primera mujer que trabajó en la ya desaparecida Oficina de Turismo en el parque viejo de Arrecife, hoy Ramírez Cerdá. Posteriormente trabajó en el departamento de extranjería del Banco Bilbao ubicado en la Calle Real, donde conoció al que fue su marido.

     

    Los muchos amigos que hizo a lo largo de los 50 años que vivió en Lanzarote creen, que se vio superado por la realidad, a pesar de que hizo algunos llamamientos a autoridades de la isla para detener el crecimiento y repensar el futuro.

     

    En cualquier caso, lo más importante es que quien lo conoció no olvidará a ese gran "vikingo" de más de 1.90 de altura, generoso y con gran sentido del humor, que se enamoró de Lanzarote y disfrutó muchos años de vida donde fue muy feliz con su familia y sus amigos.

     

    Desde LANCELO MEDIOS queremos enviar nuestro más sentido pésame a fu familia, especialmente a su mujer y sus 4 hijos.

     

    Condolencias

     

    El Ayuntamiento de Tías ha querido expresar su pesar por el fallecimiento del diseñador industrial y urbanista danés. Además del diseño de la urbanización Los Mojones, en Puerto del Carmen, Christensen desarrolló distintos proyectos relacionados con la arquitectura y la construcción. De hecho, se encargó, junto al empresario danés Neil Prahm, de dotar de suelo y techo a la iglesia de La Tiñosa.

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