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Érica Cerdeña, y las claves de la comunicación en la era de la conciencia

La periodista canaria incide en las claves de esta herramienta fundamental cuyo buen uso sigue siendo una tarea pendiente en la actualidad

 

  • Lancelot Digital
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    ¿Sabemos comunicarnos? ¿Sabe el ser humano usar adecuadamente una de las herramientas más importantes de las que dispone? ¿Por qué soportamos la manipulación, las falacias, la censura y los bulos? ¿Cómo se enfrenta alguien al odio en las redes sociales? Todas esas preguntas, y algunas más, son las que trata de resolver la periodista Érica Cerdeña en su primer libro “Tenemos que hablar. Cuaderno de notas para comunicar en la era de la conciencia”.

     

    Activa, inquieta, a ratos reflexiva y a otros desbordante, Cerdeña se enfrenta a la entrevista con la seguridad de quien defiende algo que le ha salida muy de dentro. No en vano asegura que este libro es “su propia guía de comunicación” en la que ella asegura que ya no es la era de la tecnología, sino la de la conciencia. Y justo por eso considera imprescindible que todos nos propongamos la tarea de adquirir habilidades para comunicarnos de forma consciente y asertiva. “El libro surge por mi propio enfado de ver que nos tratan como a números y no reaccionamos, enfado por ver que hay personas muy valiosas, con proyectos que podrían ser auténticos agentes de cambio en la sociedad actual, y no se les da voz porque los altavoces siempre los tienen los mismos”, afirma. “No siempre las personas que escuchamos en los medios de comunicación habituales, prensa, radio y televisión, tienen la ética adecuada para llevarnos, por así decirlo, en la dirección correcta”, apunta. “Creo que el problema para sabernos comunicar está en los propios fundamentos de la comunicación, y por eso, quise hacer, para mí misma, una herramienta que sirviera de puente entre la comunicación tradicional y la actual, marcada por la vigencia de las redes sociales”.

     

    A la pregunta de si la mayoría de la gente se cree lo que le cuentan sin analizarlo, responde sin dudarlo un segundo que sí. “Hemos ido perdiendo la capacidad de ser críticos, y hay estudios sociológicos que lo confirman, con nosotros mismos y con los demás, nos creemos lo que nos queremos creer y la tecnología nos lo facilita ya que solo nos muestra lo que nos interesa”, señala, apuntando que antes el lector de El País sabía lo que argumentaba el ABC, porque interesaba conocer todos los planteamientos para poder debatir. “Ahora parece que solo nos interesa una idea, la nuestra”.

     

    El libro tiene mucho del propio día a día de Érica y por eso muestra la importancia de la comunicación en tareas cotidianas como ir al médico. “La clave es comprender como nos comunicamos con ellos como pacientes y como se comunican ellos con nosotros como médicos. La clave es saber defendernos, exigir nuestros derechos y para eso debemos aprender a desarrollar nuestro criterio y no tener miedo a tener una opinión. Y a no tener miedo a los haters”.

     

    Otro de los lastres que arrastra la actual sociedad es una piel cada vez más fina para aceptar críticas, y paradójicamente, un sentimiento de gran libertad a la hora de criticar todo bajo el anonimato que permiten las redes. “Yo a esa piel final la llamo a ego, y creo que la única herramienta que conozco para enfrentarme a ella, hacer nuestro trabajo con carácter de servicio público. Da igual quién te pague el sueldo, sea una empresa privada o la administración pública, hay que recuperar las “ganas de”. Si haces pan, haz el mejor pan del mundo, si escribes, hazlo lo mejor que sepas. La crispación, genera crispación y la polarización genera más polarización. Las redes sociales lo único que hacen es volver exponencial esa polarización, pero ya existía antes. Hay que extirparla del tú a tú”, y añade. “Las redes sociales son una buena herramienta, pero hay que saber usarlas. Y pongo un ejemplo sencillo, con ellas ocurre como con el aceite, lo puedes usar para hacer una exquisita ensalada o para quemar a alguien. La culpa no es del aceite en ninguno de los dos casos”.

     

    Para Cerdeña esa es la clave, hacer las cosas desde el corazón, comunicar “conscientemente” lo que queremos proyectar. “Nos podemos equivocar claro, pero ahí nos toca acallar el ego y rectificar”, señala.

     

    Pone además un ejemplo de la democratización que ha traído Internet. “Hay mucha gente que está creando contenidos de muy alta calidad desde sus propias casas y lo distribuyen de manera gratuita. Por ejemplo, numerosos profesores que dan clase altruistamente para enseñar lo que saben ya sea inglés, lengua o matemáticas”, afirma. “Solo tienes que querer aprender. Igual que antes consultabas en los libros, ahora podemos consultar contenido de valor en las redes sociales”.

     

    Y la clave para diferenciar el buen y el mal contenido está el criterio. “Y si comunicas, hay que olvidarse de los likes, eso no es lo importante. Hay que acallar el ego, una vez más insisto en eso”.

     

    Y no vale decir que esto no es cosa nuestra. “Esto es como aquellas personas que dicen que no opinan de política porque no va con ellos. Sí va contigo. Va con todos. La política, por seguir con este ejemplo, decide el precio del pan que comes o del papel higiénico que tú usas, y papel higiénico, usamos todos, así que sí afecta y sí hay que opinar y hacerlo sin miedo”.

     

    Si te planteas estas y otras muchas cuestiones, si no te atreves a dar tu opinión real en las redes para no ser acribillada por millones de haters, si te interesa aprender a comunicarte con todos, éste puede ser tu libro.

     

    La presentación oficial de la obra será en la Librería Agapea, en Avenida 3 de mayo, 71, en Santa Cruz de Tenerife, el 28 de junio, a las 19:00 horas.

     

     

    Se puede solicitar online en la web: http://www.ericacerdena.com

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