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Andrea Bernal: “La filosofía nos permite crear lazos y eso, hoy, es más necesario que nunca”

La escritora mira el mundo a través de la poesía, realizando un análisis profundo de la realidad y del mundo que la rodea

 

  • Lancelot Digital
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    -Llevas publicando con nosotros tus crónicas y tus poesías un par de años, Andrea, pero nuestros lectores no te conocen tanto como deberían. Nacida en Madrid, criada en Salamanca e isleña desde hace años de adopción. Profesora de filosofía y poeta. ¿Por qué escribe poesía una filósofa?

    -Nunca he conseguido descifrar porqué escribo poesía. Sé que constituye mi modo de estar en el mundo, lo que me acerca a mí misma, a la vida y la naturaleza, pero no sé su porqué. Escribir poesía es realizar un análisis frágil y hondo de la realidad. Ser poeta es también un modo de mirar, y precisamente este mirar lo comparte con el filósofo. Me viene a la mente Hölderlin, el gran poeta alemán. En sus últimas cartas y en sus poemas puede apreciarse que era un gran pensador, un filósofo. Lo mismo sucede con Schiller o con las “Máscaras y paradojas” de Pessoa.  Puede que sea filosofía escondida, puede que sea un disfraz, pero también existe entre los versos. No es sencillo, pero cuando la reflexión se une a una emoción puede crearse un poema pleno.

     

    - ¿Qué futuro tiene la filosofía en un mundo gobernado, por decirlo de algún modo, por las redes sociales?

    -Las redes sociales no son necesariamente malas. Habermas y muchos pensadores de la Escuela de Frankfurt ya empezaron hablar de lo que traería la racionalidad instrumental hace muchos años. El problema es, como tantas cosas, la racionalización de su uso, el tiempo-tiempos, el cómo configuramos nuestro modo de vivir. Apagar el teléfono ahora parece casi imposible, y, sin embargo, se puede hacer. Podemos jugar a que el cerebro recuerde un lugar sin necesidad de Google.  La filosofía, por su carácter reflexivo y globalizador, necesita contemplar y estar en calma. Es lógico que haya menos estudiantes interesados en estudiar filosofía si nos movemos en un mundo de gran velocidad y constantes estímulos. Lo realmente peligroso hoy me parece el mundo de la “precipitación”.  A su vez, la filosofía es necesaria porque nos ayuda a ser nosotros mismos -algo que a menudo se olvida-. No solo hay que entenderla como una “gran y mayor señora criticona”, sino como una disciplina que genera apertura, nos permite humanizar, mirar al otro, crear lazos; y eso es más necesario que nunca.

     

     

    - ¿Cómo ven la filosofía tus alumnos? ¿La entienden?

    - Intento que les llegue. Lo intento de todos los modos posibles, pero sin olvidar la importancia de los clásicos y las lecturas. Ese es el mayor reto hoy. Me gusta “incordiar”. Me gusta que piensen que filosofía no solo son los grandes pensadores griegos, sino descubrir a pensadores actuales como Edgar Morin. A su vez, un análisis de la letra de una canción o de la pandemia de 2019, puede ser filosofía.

     

    - ¿Crees que hoy en día se podría vivir de la poesía?

    -Me parece extremadamente difícil. Pero el poeta va a escribir poesía toda su vida, publique o no, consiga vivir de ello o no. Siempre es bueno recordar a Antonio Gamoneda, recadero del entonces Banco Mercantil, y un grandísimo poeta y Premio Cervantes. Escribía, leía. Fue un autodidacta. La poesía es un misterio y la vida del poeta a veces también lo es.

     

    - ¿Es obligación de los poetas hacernos pensar o solo que podamos disfrutar de la belleza de su obra? ¿Debe un poeta ser revolucionario?

    -La buena poesía hace también pensar, porque nos comunica con un yo que a su vez es el otro. Puede emocionar y a su vez crear reflexión. Por ejemplo: está el Juan Ramón emotivo, del paisaje, y el místico, el simbólico…También sucede con Machado. Me resulta interesante la idea de poesía como revolución. Yo la llamaría la “revolución íntima”, o “revolución sutil”. Yo nunca he escrito lo que suele llamarse “poesía social”, pero si por social entendemos lo que anteriormente he mencionado… “ese yo que es el otro”, entonces sí. Me gusta mucho esa cita de Víctor Hugo que dice: “Cuando hablo de mí, hablo de vosotros”. Ojalá existiesen en este mundo más revoluciones poéticas y pacíficas frente a todo conflicto bélico.

     

    -En mayo saldrá tu último libro “Ondina”, ¿cuéntame que podremos encontrar en él? Y, ¿por qué deberíamos leerlo?

    - Sí, Ondina se publica en mayo con la editorial Huerga y Fierro. Estoy muy agradecida a mi editor, Antonio, por haberme dado esta posibilidad. Es un poemario muy especial para mí. Comenzó en Lanzarote, hace dos años y medio. Prácticamente se escribió durante tardes enteras en los Hervideros, hasta casi el anochecer. Pasaba horas mirando el mar. Trata sobre el mar y su belleza, pero también sobre Lanzarote, las islas, las Ondinas que somos cada una de nosotras, el desgarro, el mar del hermano, el mar de temporal y el mar del inmigrante. Mares comunes.

     

    - ¿Dónde podemos encontrarlo?

    - Intentaré presentarlo en Lanzarote cuando se publique. Espero que pueda moverse en las librerías de las islas. Repito que me hace mucha ilusión que esté aquí. Nació aquí.

     

    - ¿Las islas influyen en tu actividad como escritora? ¿Te inspiran?

    - Desde que llegué hace ya tres años y medio – el tiempo ha pasado muy rápido-, no he dejado de escribir y leer. Eso ha sido clave para mí. Era la luz, el paisaje volcánico, los habitantes, la mezcla cultural, era todo. Comencé a publicar pequeñas crónicas y relatos fantásticos gracias a vuestro medio, pero a la vez sentía que surgirían nuevos libros de poesía. Tener calma y tiempo para leer me hizo escribir mucho más. En Lanzarote me he encontrado más a mí misma. Es como si el hombre fuera más hombre y la naturaleza más naturaleza en esta isla.

     

    -Háblame de tus influencias, ¿cuáles son tus autores y lecturas favoritos?

    - Últimamente leo un poco de todo, pero casi siempre tiro de clásicos. No pueden faltar V. Woof, Borges, Stevenson, Pessoa, Clarice Linspector, Rubén Darío…Estoy mezclando etapas históricas, distintas nacionalidades…pero ese es mi mundo y lo que leo. Ahora estoy con un gran volumen de poesía nórdica y a la vez leyendo a un poeta español muy interesante como fue Pedro Casariego.

     

    -Pero no sólo escribes poesías, nosotros hemos publicado historias, prosa, y alguna que otra narración particularmente curiosa (hablabas de un crimen literario y la gente pensó que era real). ¿Escribir es para ti una manera de ver el mundo?

    -Sí, desconocía que esa crónica del “Cadáver de Punta mujeres” se confundiese con un hecho real, pero ahora me resulta divertido y cercano a lo que quería transmitir.  Lanzarote me ha permitido crear un mundo de fantasía. Casi todo lo que descubría, -y creo que esto es algo común en el escritor- quería compartirlo y a la vez modificarlo, hacerlo mágico para los otros. Como he dicho antes, sí, es mi modo de ser. También en una parada de autobús puedo crear. Viene de algo que desconozco.

     

     

     

     

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