PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Unas malas vacaciones

 

Antonio Salazar

 

No le sentaron bien las vacaciones a Pedro Sánchez pese a elegir, como siempre y a nuestro cargo, pasarlas en Lanzarote. Culpa suya, no de la isla. Así que decidió abrir el curso político con una sonora intervención, a la que siguió una estruendosa ovación por parte de sus seguidores incondicionales que han decidido, por lo que se ve, externalizar su capacidad crítica. Fue el día en que anunció que se ensañaría, todavía más, con “aquellos que tienen en el banco dinero para vivir 100 vidas” y que es preferible un país “donde viajar en coches eléctricos -fabricados en España, por supuesto- o desplazarse en transporte público que en Lamborghini”. El también incuestionado Doctor en Economía pasó por alto algunos asuntos bien relevantes. De un lado, la gente que llega a rica no lo consigue dejando en el banco el dinero muerto de risa, más bien lo invierte en actividades que suelen generar riqueza y empleo. Tiene tal capacidad nuestro presidente que incluso obtuvo un doctorado faltando a clase el día que lo explicaban. Como es relevante también que en España apenas existen, desafortunadamente, muchos ricos. O que nuestra economía no produce coches eléctricos, básicamente porque no son competitivos frente a los vehículos chinos- algo común en toda la industria europea- y también porque no los podemos pagar, incluso contando con generosas subvenciones. El canario destina a la compra de su vehículo un promedio de 14.000 euros, precio que no alcanza para adquirir uno de esos de los que tanto presumen políticos y burócratas.

 

Sin hablar del señalamiento de una marca italiana destacada por sus bólidos que apenas vemos circular por nuestras carreteras, así es la España de 2024. Llevamos dos décadas perdiendo rentas, sin dejar de ensanchar la brecha con el resto de países de la Unión Europea. Las reformas, largamente demandadas, se postergan porque los políticos no quieren asumir ningún riesgo si, sobre todo, eso supone dejar las poltronas. Entre hacer lo correcto para todos y lo que les conviene a ellos, siempre prefieren lo segundo. Es mucho más sencillo localizar primero y cebar después a votantes acríticos que prefieren el pan hoy que el hambre de mañana, pensando que no les afectará porque serán de nuevo beneficiados por sus políticos de cabecera.

 

Ni hemos reformado, ni constituye una prioridad porque los gobernantes son malos pero no tontos. Cualquier dato coyuntural sirve, y es cierto, para presumir que la economía va como una moto y defender que estamos al borde del abismo. Enfrentar ricos contra pobres, buenos contra malos, es una estrategia de corto alcance pero eficiente si desea disfrutar sus vacaciones en La Mareta el año próximo. Quizás los demás, en algún momento, dejemos de poder descansar pero esto no afecta al autor del Manual de Resistencia.

Comentarios (0)