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¿Se acabó la fiesta?

  • Lancelot Digital
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    Hace un mes que se cerró el acceso público al baño en la que es la principal playa del Puerto de la Cruz, atendiendo a la existencia de vertidos de aguas negras que han logrado convertir la zona de baños en un estercolero.  A pesar de las crecientes protestas de los vecinos, y de la inmediata constitución de una asociación contraria a los vertidos, no parece que el asunto vaya a poder resolverse este verano: el cierre de Playa Jardín provocó una oleada de malestar y preocupación de los vecinos y empresarios de la zona, que se enfrentan a enormes pérdidas económicas motivadas por la decisión, además de una creciente tensión entre las dos fuerzas políticas que gestionan el consistorio –el PSOE y la Asamblea Ciudadana Portuense, un grupo de carácter local que se define como progresista-, que ha llevado al anuncio –ayer mismo- de la ruptura definitiva del Gobierno y la inminente presentación de una moción de censura contra el alcalde Marco González.

     

    El asunto no es baladí: el Ayuntamiento no ha enfrentado en estos últimos años la manifiesta ilegalidad que supone no cerrar los emisarios que vierten directamente aguas fecales en el mar, en zonas de baño situadas en el entorno de Punta Brava. Pero la prohibición de seguir usando la playa no fue decisión municipal: fue decretada hace algo más de un mes por la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias, tras detectar una concentración peligrosa de nicroorganismos patógenos. Como suele ocurrir, el cierre ha provocado una tormenta de acusaciones cruzadas, que ha terminado por desatar la crisis larvada en el Ayuntamiento prácticamente desde que el PSOE firmó el acuerdo con Asamblea Ciudadana, y que ha estallado en un totum revolutum de supuestas responsabilidades.

     

    En realidad, a pesar de lo que se escuche en los mentideros del Puerto, la crisis de Playa Jardín no es tal: la decisión de romper el Gobierno viene trabajándose desde hace meses, con la participación de directivos del PP y Coalición, en negociaciones ya de largo recorrido con David Hernández, candidato de la Asamblea a la alcaldía, y su hombre fuerte. Esas negociaciones se han producido de manera ininterrumpida en los últimos meses, hasta romper el pacto en el Gobierno municipal, a sólo un año de inicio de mandato.

     

    Asamblea ha cerrado un acuerdo con PP y Coalición, para negar al alcalde una segunda etapa al frente del Consistorio. La mayoría municipal que aupará a la alcaldía al popular Leopoldo Afonso, hermano del ex alcalde de la ciudad y actual vicepresidente del Cabildo, Lope Afonso, cuenta justo con los once votos necesarios para poder sacar a Marco de la alcaldía, dado que el PSOE en solitario obtuvo diez concejales de 21. De hecho, quedó a pocos votos de la mayoría absoluta en las pasadas elecciones.

     

    Probablemente ha sido la certeza de su hegemonía política en el Puerto lo que ha impedido al equipo socialista evitar un cierto autoritarismo con sus socios necesarios. Los problemas comenzaron casi en el arranque del mandato, por la ausencia de afinidad entre el actual alcalde y David Hernández, que han provocado un deterioro creciente en la gestión diaria de los asuntos municipales. El PSOE ha acusado a los dos concejales de Asamblea de incapacidad en la gestión de su presupuesto. La aplicación presupuestaria es baja y Asamblea se ha defendido responsabilizando al PSOE de bloquear la gestión municipal, dedicando todos los recursos a fiestas y saraos. Se acusa al alcalde de dedicar su tiempo y los recursos del municipio a los eventos y actividades con proyección mediática, desatendiendo lo importante. Pero lo de Playa Jardín es probablemente una excusa traída a mano: a finales de abril, cuando no se esperaba el cierre de la playa, el pleno rechazó con el voto de los dos concejales de Asamblea dos enormes modificaciones de crédito -para Fiestas-, por cerca de un millón de euros. Eso sacó al alcalde Marco de sus casillas, y le llevó a intentar modificar el pacto firmado un año atrás, y a imponer una reducción de la presencia de Asamblea en medios. El martes de esta semana, desde su cuenta de Face, el PSOE señalaba la connivencia con el PP de David Hernández y su compañero Tito Cabo, acusándolos de gandules, en un comunicado que presagiaba la ruptura.

     

    La decisión de censurar a Marco González ha sido ya respaldada por las dos terceras partes de los miembros de la Asamblea. No tiene marcha atrás: el Puerto de la Cruz arrancará en breve con un Gobierno de centroderecha que –por tercera vez- deja al PSOE fuera del Ayuntamiento, tras haber sido el partido más votado en la ciudad.  A etas alturas –después de que el PSOE haga lo mismo a nivel nacional- es poco probable que eso sea lo que más preocupe a los vecinos. Lo que realmente se espera es que los nuevos resuelvan lo antes posible “lo de la playa”.

     

    Las fiestas están muy bien, pero hay que ocuparse también de todo lo que no se vé.

     

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