Patidifusos y ojipláticos
Francisco Pomares
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha dicho que no sabe nada de nada de lo que se está negociando con Esquerra. Pero que no es verdad que el Gobierno esté negociando bilateralmente con Cataluña la reforma del sistema de financiación de Cataluña, al margen del Consejo de Política Fiscal y Financiera, casualmente reunido ayer, y en el que si te he visto no me acuerdo al resto de las autonomías.
La ministra –que es también vicepresidenta del Gobierno- ha negado cualquier negociación con Cataluña por parte del Gobierno, y ante la incredulidad general, ha explicado después que a lo mejor a lo que se refiere la gente es a las negociaciones entre el candidato socialista a presidir la Generalitat, Salvador Illa, y sus probables socios de Esquerra Republicana. Que de eso, la ministra tampoco sabe nada.
Por si no lo sabe, la consellera de Economía y Hacienda de Cataluña en funciones, doña Natalia Mas, se lo ha aclarado con todo lujo de detalles: la catalana ha exigido avanzar hacia el famoso sistema de ‘financiación singular’, que ha tenido a bien describir como un sistema “a la alemana”, como el de los länders de la República Federal, que permita a Cataluña recaudar el cien por cien de los impuestos que se pagan en el territorio, y hacer luego lo que ha definido como “una aportación a las equidad territorial”. La consellera ha explicado que ese sistema no va en contra de nadie, no genera perjuicio para ningún otro territorio, que sólo precisa que el Estado reequilibre su proporción de ingresos…
Es realmente alucinante el descaro con el que se dicen falsedades, sin que parezca que la constancia de esas falsedades produzca siquiera un gesto de rechazo en quienes las sufren. A ver, es de primero de Bachillerato: si el Estado tiene que reequilibrar sus ingresos porque ingresa menos por una de las regiones más ricas, no podrá repartir lo mismo a las regiones más pobres. La propia doña Natalia lo reconoce cuando afirma que el sistema ‘a la alemana’, permitirá a Cataluña reducir su déficit fiscal y recuperar su soberanía.
En plata: si Cataluña se queda con los impuestos que pagan los catalanes, a Canarias y el resto de las regiones más pobres llegará menos dinero. Quienes defienden la necesidad de sistemas fiscales progresivos, deberían entender que la mayoría de los ciudadanos más ricos suelen vivir en las comunidades más ricas. Renunciar a que las regiones más ricas sostengan con parte de sus impuestos a las comunidades más pobres implica romper con el principio clave de nuestro sistema fiscal, que es la solidaridad entre personas y territorios. Una solidaridad práctica, no basada en discursitos, una solidaridad progresista, que es justo lo que desaparecerá de este país si se permite que el Gobierno Sánchez entregue a los catalanes sus impuestos, para que hagan con ellos la política para catalanes que quieren hacer.
La consejera –que no suele asistir a las reuniones del Consejo de Política Fiscal y Financiera, porque prefiere negociaciones bilaterales del Estado con la Generalitat-, dijo ayer que el sistema actual es arbitrario y muy negativo para Cataluña, mientras el ‘sistema alemán’ es “objetivo y académico”, y que por eso, Esquerra mantiene esa negociación bilateral con el Estado que la ministra de Hacienda niega.
“Habrá sido un lapsus, con quien negocia es con Illa”, ha dicho Montero. Y luego ha añadido también que Illa habla con Esquerra sin informarla a ella o al Ministerio, que la negociación empieza y termina en Illa, y que las conversaciones y encuentros de Illa con Esquerra se están realizando sin la intervención del Gobierno de España…
Y es a partir de ahí, a la espera de una desautorización de esas negociaciones sobre la recaudación de los impuestos estatales o sobre la mejora en la financiación catalana, que no tienen nada que ver con las competencias de la Generalitat o con las negociaciones sobre quién debe presidirla, y son además realizadas a espaldas del Gobierno y sin informar de lo que se acuerda… es justo a partir de ahí donde nos quedamos todos entre patidifusos y ojipláticos. Porque tras negar la mayor, la ministra y vicepresidenta Montero explica que las promesas que pueda realizar Illa en su negociación con ERC no van a ser “papel mojado», que ella tiene “confianza plena” en Illa y su negociación para ser president. Acabáramos.
Vivimos instalados en el shock permanente, nos estamos acostumbrando a escuchar un disparate tras otro, sin reaccionar: la ministra nos dice que el encaje de Cataluña en el sistema de financiación lo negocia el candidato socialista a presidir la Generalitat. Y que tiene plena confianza en que se cumplirá lo que Illa prometa a Esquerra para ser investido.
Jesús, María y José. Y aquí abajo con estos pelos.