PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

La sombra del Caracazo

Por Álex Solar

 

 

El éxodo chileno a Venezuela fue constante en los años inmediatamente posteriores al golpe de estado de Pinochet, en 1973. El país ofrecía oportunidades, trabajo para muchos profesionales que allí se exiliaron, como unos primos hermanos míos. Pero al cabo de unos años, a pesar de haber criado sus hijos allá y formado en algunos casos nuevas familias, se produjo el retorno y otros buscaron tierras más promisorias ante el progresivo deterioro de la situación.

 

Lidia Falcón ha publicado un artículo sobre esos años de “prosperidad” (“Venezuela herida y humillada”) y en él repasa la historia reciente del país desde 1977, en que disfrutando de la renta petrolera más alta de Hispanoamérica, con 12 millones de habitantes había un 70% en la pobreza. Las minoritarias clases media y alta vivían bien, compraban coches de lujo, grandes neveras y enviaban a sus hijos a estudiar a Estados Unidos. Eran la clientela política de los partidos burgueses dominantes, el COPEI y ADECO. Mientras, en los cerros que rodeaban Caracas, se hacinaban los pobres y sus hijos, sufriendo una de las tasas de mortalidad infantil más altas del continente. En el campo, la mayor causa de muerte femenina era el parto. La sanidad era prácticamente inexistente y para aumentar este panorama desolador, la delincuencia y el alcoholismo hacían estragos. Parte de la izquierda se echó al monte, formando una guerrilla que fue paulatinamente diezmada por el ejército.

 

La situación llegó a su punto máximo de tensión bajo el mandato de Carlos Andrés Pérez, con el “Caracazo” de 1989, una revuelta con motines y pillajes que fue sofocada a sangre y fuego. En 1992 surge Chávez con su intentona golpista y el resto es ya historia bien conocida.

 

Los saqueos y el caos social de ese episodio sangriento siguen planeando como una sombra fatídica en la Venezuela actual. El periodista y escritor venezolano Ibsen Martínez ha difundido los datos del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, que dice que en los dos primeros meses de 2016 se registra 64 sucesos de este tipo teniendo como objetivo el robo masivo de alimentos. La impunidad es del 99% como en todos los demás delitos. Dice Martínez que el ejército venezolano siempre fue cleptómano y lo ha sido también como aliado de Chávez y Maduro. Y que no sería extraño que una vez más, con la bendición de los opositores, desenvaine el sable para cortar el bacalao y comérselo a espaldas del pueblo que dice defender. Aunque lo que es una guerra, no la han ganado desde 1824 y sus víctimas y enemigos han sido siempre los civiles.

Comentarios (0)