La ley del buen periodismo
Por Álex Solar
Si Umberto Eco, en su novela póstuma Número Cero, firmaba algo así como el acta de defunción del periodismo, otros como Timothy Garton Ash siguen defendiendo que el buen periodismo es posible. Considerado por la prestigiosa revista Time como una de las cien personas más influyentes del mundo, afirma que en la actualidad, a pesar de las profundas transformaciones tecnológicas y la crisis profunda de carácter económica resultante de las misma, es posible hacer periodismo de excelencia(http://www.letraslibres.com/mexico/revista/en-que-consiste-el-buen-periodismo). Y pueden hacerlo aquellos que no son periodistas en un sentido estricto. La gran pregunta en este momento, dice Timothy Garton Ash, no es “quién es periodista sino qué es buen periodismo”. La respuesta no es fácil ni sencilla, puesto que el oficio de periodista se ha definido de maneras variadas. El ensayista , periodista e historiador británico, cita a uno de los más autorizados diccionarios de su lengua, el Oxford English Dictionary, que define periodista como “persona que se gana la vida escribiendo o editando para un periódico o periódicos”. Además de ser claramente insuficiente como definición, mueve a preguntarse qué pasa con los se ven obligados por la circunstancias a ejercer el periodismo casi como “hobby” y con los que apenas sobreviven en condiciones precarias, como ocurre con una gran parte de la profesión en España.
La actividad del periodismo, señalaba hace unos días Ignacio Escolar, director de El Diario.es , en la entrega de unos premios a la Excelencia Periodística, en Chile, requiere “tiempo completo, porque de lo contrario quien pierde es la sociedad”. Sin periodismo, explicó el periodista español a sus colegas chilenos, “no hay democracia”. Porque una de las principales funciones del periodismo, afirmó, “es pedirle cuentas al poder”. En esa ocasión, Escolar felicitó a los periodistas chilenos por su valentía al investigar y difundir las tropelías del fascismo en tiempos de la dictadura militar de Pinochet y destacó la salud democrática de un país que ha levantado un Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en recuerdo de las víctimas, algo que, en su opinión, contrasta con lo que sucede en España, donde el franquismo es un “tema inconcluso” y la existencia del Valle de los Caídos sigue siendo un agravio para las víctimas de la represión franquista, “un mausoleo en honor a Franco” y “lugar de peregrinación del fascismo internacional”.
Para Garton la exigencia de conocer los hechos y hacer honor a la verdad de éstos es fundamental en el buen periodismo, que tiene por ley buscar las fuentes, incluidas las más difíciles de alcanzar .Walter Lippmann, periodista, intelectual y filósofo americano, dijo que la principal misión o ley del periodismo es “decir la verdad y afear al mal”. Para otros, como Nicholas Tomalin , periodista británico corresponsal de guerra ya fallecido, basta “una astucia de rata, una actitud convincente y alguna habilidad literaria”. Desgraciadamente, hay periodistas “roedores” , escarbando en la basura para vender más periódicos y complacer a sus amos. Ciertamente, el periodismo ha de ser rentable para que nadie compre su libertad, pero no a cualquier precio. Otra condición para el buen periodismo es la independencia de las empresas periodísticas , ya que resulta imposible” fiscalizar al poder siendo parte del poder”, tal como expresó Escolar en ese encuentro con la prensa chilena.