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Ese chico que estaba (y está) en todo

Francisco Pomares

 

Al primer compareciente en la comisión de Investigación del Parlamento de Canarias sobre las compras de material sanitario, al que fuera CEO de One Airways, Oscar Trujillo, hubo que explicarle quién es Koldo García (preguntó quién era), pero sin embargo, sabía perfectamente quien es Antonio Olivera, el  hombre de confianza de Ángel Víctor Torres, la única persona que contactó con él desde el Gobierno de Canarias para encargarle que fuera su empresa –One Airways, una aerolínea sin aeroplanos en plantilla, operadora de Canarian Airways, compañía creada un año antes por hoteleros de Tenerife y La Palma y cerrada en 2022- la que trajera el material sanitario de China que alguien –aún no está del todo claro quien ni como- logró comprar en China.

 

El primer compareciente que el Parlamento de Canarias ha logrado sentar en la comisión parlamentaria es el empresario que logró el milagro de conectar tres veces y en un tiempo record Shanghai con Canarias, usando un avión de Plus Ultra, la compañía rescatada por Pedro Sánchez después del polémico rescate de Air Europa. Trujillo, al que se pagaron en total 1.125.000 euros, fue contratado por Olivera, para traer el material, cuya primera entrega llegó después de un vuelo sin escalas desde China a Gran Canaria, el 11 de abril de 2020, en un avión de Plus Ultra, la aerolínea bajo sospecha por sus presuntos vínculos con el régimen de Maduro y fondos panameños, rescatada un año más tarde por el Gobierno de Sánchez, y en la que José Luis Ábalos, el ministro que tenía a Koldo como asesor, puso 53 millones del SEPI.

 

One Airways subcontrató a Plus Ultra porque carecía de licencia para volar a China y además no contaba con ningún avión capaz de hacerlo. A pesar de eso, el Servicio Canario de Salud, controlado por Olivera tras el cese de Teresa Cruz Oval, adjudicó el contrato a dedo por el procedimiento de emergencia, sin publicidad ni licitación previa. Ese exceso de confianza en las posibilidades de One Airways no ha sido nunca explicado, pero las cosas salieron bastante bien: el avión de Plus Ultra fue capaz de traer en dieciséis horas y pocos minutos de vuelo la mayor parte de la primera carga prevista, a pesar de las dificultades en el aeropuerto de salida, y rematar posteriormente otros dos viajes –el ocho y el dieciséis de mayo- que permitieron traer a las islas la práctica totalidad de la mercancía comprometida. Olivera y Torres presumieron desde el primer día -y abiertamente- del enorme éxito del encargo. Torres llegó incluso a colgar un tuit en el que bromeaba sobre la apertura del primer vuelo comercial directo de China con Canarias. En el Gobierno estaban tan contentos que se plantearon incluso entrar en el accionariado de Canary Airways. El Cabildo de Tenerife llegó a reservar un millón de euros para participar en una empresa modélica, cuyos aviones sostenibles funcionarían con hidrógeno. La empresa realizó un primer vuelo inaugural de Madrid a Tenerife Sur, en julio de 2021. El último fue seis meses después, sin que ni el Gobierno ni el Cabildo llegaran al final a meter un euro en la aerolínea de Trujillo.

 

Trujillo es un tipo emprendedor, un piloto apasionado de las motocicletas de gran cilindrada y amante de los perros, decididamente monárquico y patriota, que siempre ha justificado su sorprendente decisión de contratar con Plus Ultra –una compañía pesimamente considerada, entonces en el puesto 77 del ranking de las compañías aéreas en España, que apenas movía un 0,1 por ciento del total de viajeros- alegando que era la única compañía que aceptó asumir una operación aérea de conexión directa en lo que se consideraban “tiempos de máxima tensión en el mercado y de caos en los aeropuertos de China”. El coste de cada uno de los tres vuelos fue de 375.000 euros, una cifra que Trujillo siempre defendió como inferior a lo que podría hacer costado en tiempos normales y mucho más baja de lo que se podía pedir en pandemia. Ese argumento fue inmediatamente asumido por el Gobierno de Canarias, que defendió uno de los hechos más sorprendentes del contrato suscrito: el adelanto de un tercio del coste, justificado por el Servicio Canario de Salud por “la agresividad” que se producía en el mercado de insumos sanitarios de China.  Trujillo pidió el anticipo el 6 de abril de 2020 para hacer frente al primer vuelo directo entre el aeropuerto de Pudong y Gran Canaria. Y lo obtuvo. Nadie sabe por qué se contrató con One Airways, quién dio la instrucción para hacerlo. Excepto quizá Olivera: Trujillo dijo ayer en la comisión que es mejor que le pregunten a Olivera, hoy director del gabinete del ministro Torres, por qué se contrató a su compañía -sin aviones ni licencia- para volar a China. Tampoco sabe nadie por qué la estrella de Trujillo y su empresa duró tan poco. Se eclipsó antes de que pasara un año desde el rescate de Plus Ultra. Son cosas que ocurren. Quizá Olivera también sepa porqué.

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