El ideólogo Monedero contra el sistema electoral canario
Por Antonio Coll
Yo no pongo en duda los conocimientos políticos del ideólogo podemista, Juan Carlos Monedero, doctor en Ciencias Políticas y Sociología. Pero si tengo que advertir su desconocimiento de la realidad de las Islas Canarias, después de leer sus reflexiones públicas. El politólogo izquierdista y populista, vino a Canarias para intervenir en una comisión de estudio, sobre el sistema electoral canario, a propuesta del Grupo Parlamentario Podemos. A Monedero se le señala como experto en los procesos electorales y analista de los sistemas democráticos. Dice Monedero que “el sistema electoral canario es uno de los sistemas más desproporcionados y desiguales del mundo”. También se posiciona en contra del insularismo y que el actual sistema electoral: “no ha servido para mejorar el nivel de vida de los habitantes de las islas no capitalinas”. Discrepo de esta aseveración porque gracias al equilibrio territorial, donde las cinco islas mal llamadas menores, tienen una representación en el Parlamento de Canarias del 50%, -de 60 parlamentario, 30-, porcentaje suficiente para impedir daños mayores de la triple paridad. Mi impresión es que el que fuera asesor del gobierno venezolano -2005-2010- presidido por Hugo Chávez, busca en el fondo, que Gran Canaria y Tenerife, las islas más pobladas, posean más parlamentarios, porque de esa forma, la formación política Podemos, estaría en mejores condiciones para llegar al poder con otros partidos de ámbito estatal. Por otro lado, hay que tener en cuenta la “dictadura” de la cúpula de los partidos políticos que, en el fondo, es la que decide el voto de sus parlamentarios. Por eso, no entiendo la obsesión de algunas formaciones para cambiar el sistema electoral canario que funciona de agosto de 1982 y donde se observa que el verdadero problema no está en la proporcionalidad, es decir un voto por habitante. Ni en los Estados Unidos se aplica, ya que su sistema es por circunscripción. En este sentido, Hilary Clinton cosechó unos tres millones de votos más que su contrincante, Donald Trump, pero fue el político conservador el que se proclamó presidente de los EE.UU. El periodista y escritor, Francisco Pomares, lo expone claramente: “Hay sistemas no proporcionales que funcionan bien y crean democracia porque son muy representativas”. Se refiere Pomares al País Vasco, donde Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, que a pesar de las sensibles diferencias de población, su sistema electoral se conforma en tres circunscripciones y se reparten veinticinco diputados por cada una de ellas. De esta forma, se garantiza el equilibrio territorial, el sistema democrático e incluso el ideológico. Estas realidades que he expuesto, ponen de manifiesto que las teorías del profesor podemista y otros profesores en Derecho Político, son muy ambiguas y las percibo como muy interesadas, en la creencia de que perjudicará a CC. Pero señores, si los nacionalistas han gobernado ha sido por los apoyos, en cada legislatura, de partidos de ámbito estatal como el PSOE o PP. Dice bien el amigo Pomares que si el PSOE no se hubiese, torpemente, desligado del gomero Casimiro Curbelo, hoy tendría tres parlamentarios más y con muchas opciones de gobernar. Por eso, entiendo que la gobernación tiene muy poca influencia el actual sistema electoral canario. Además en muchas legislaturas, matemáticamente, un pacto PSOE-PP era factible, pero siempre prefirieron apoyar a un partido de corte nacionalista. No tengo nada que objetar con estas decisiones, pero sería conveniente que el propio profesor Monederos adquiriera esos conocimientos antes de disentir y atacar el sistema electoral canario y evitar confusiones en el electorado canario.
No obstante, respeto sus opiniones que, en un país con libertad de expresión, se pueden exponer libremente, sin cortapisas ni presiones caciquiles gubernamentales. También es cierto que el politólogo podemista nunca ha vivido en una isla, y menos en las llamadas periféricas, para captar las múltiples carencias, la lejanía y, sobre todo, los altos costes que ello supone, sobre todo en la cesta de la compra, comunicaciones y otros ámbitos, como justicia, sanidad pública y privada y educación universitaria.