El Gobierno Español si influye para la prosperidad de Canarias
Por Antonio Coll
Mucha gente en la isla acoge las elecciones generales españolas con cierta indiferencia, pensando que no afecta al devenir de la isla y Canarias en general. En medio de esta realidad errónea y confusa, el archipiélago canario, el territorio de ultramar más alejado del Reino de España, tendrá que emplearse a fondo para negociar con el Gobierno Español que salga de las urnas y elegido por el Congreso de los Diputados. Hay muchas asignaturas pendientes, de gran relevancia, para el devenir de las islas. Una de las más importantes es la adaptación del REF (Régimen Económico y Fiscal) a los tiempos actuales y, sobre todo, que se busque la forma, para evitar los continuos incumplimientos de los ejecutivos españoles, en los últimos tiempos. La financiación autonómica y su negociación son inaplazables. No se puede permitir los abultados recortes, contabilizados en más de 800 millones de euros anuales. Estas discriminatorias políticas económicas han tenido un efecto directo en miles de familias canarias que han sido abocadas a una situación dramática para sobrevivir. Tenemos unos de los ratios de pobrezas y exclusión social más elevados del Reino de España, a pesar de que el motor de nuestra economía, el turismo, vive una época dorada. Pero todos sabemos que hay que potenciar otros sectores, como la industria agroalimentaria, el sector primario, la energía alternativa, como la eólica y contar con sector bancario-financiero propio es prioritario Por otro lado, Canarias tiene que participar en la gestión de los aeropuertos y puertos estatales y que parte de los beneficios repercuta en las islas. La situación del archipiélago geoestratégica, como centro de tres continentes tiene que aprovechar las oportunidades, porque esta situación privilegiada puede ofrecer buenos dividendos para las arcas económicas canarias.
Canarias tiene que aspirar a poseer unas competencias, similar a las que poseen territorios británicos de ultramar, porque si no controlamos y explotamos nuestros recursos, seguiremos cautivos de un sistema económico, dirigido desde el exterior que no entienden ni comprenden la realidad de las islas.
El Gobierno de Canarias tiene que negociar, sin victimismo, con el nuevo gobierno español y plantear cara a cara, las necesarias reivindicaciones y que se contemplen definitivamente en un marco constitucional para su debido cumplimiento.
Los congresistas y senadores elegidos en Canarias tienen que plantear en las Cortes Españolas que hay que iniciar un proceso urgente para implantar en las islas un modelo que ofrezca prosperidad a sus habitantes. Porque la creciente precariedad laboral y la lejanía de la metrópolis es una aplastante realidad que solo crea incertidumbre y condiciona el llamado “estado del bienestar” de los más de dos millones de canarios y residentes.
En consecuencia, el gobierno que se conforme después del 27 de junio, tendrá mucha repercusión e influencia para nuestro archipiélago, y dependerá de su actitud, la posibilidad de Canarias para poder edificar un nuevo futuro, con un cambio profundo del modelo socioeconómico, fiscal y financiación autonómica.