Denunciar, extorsionar y recaudar
Por Antonio Coll
Se viven hoy tiempos muy convulsos, más acentuados en las actividades de la clase política, empresarial y judicial. Los últimos acontecimientos, descubiertos en las entidades “Manos Limpias” y “Ausbanc” (Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios), organizaciones que supuestamente “no tienen ánimo de lucro”, han dejado a más de uno estupefacto. La Unidad de Delitos Económicos y Fiscales de la Policía (UDEF) califica a ambos entes como una “trama modelo organizativamente mafiosa”. Yo, personalmente, siempre he tenido mis dudas sobre asociaciones, fundaciones y organizaciones no gubernamentales, pero nunca pensé que muchas de ellas se implantaban para manejar grandes flujos de dinero a través de la creación de sociedades mercantiles, intercaladas, para beneficios irregulares de sus directivos.
Según parece, Ausbanc utilizaba al sindicato “Manos Limpias” para extorsionar a empresarios y políticos. Es decir, presentaban denuncias judiciales como “amenaza condicional” y, posteriormente, solicitaban importantes partidas económicas a los denunciados, para retirar las querellas. Se utilizaba la intimidación con “ánimo de lucro” que en el Código Penal vigente se califica de “extorsión”. Vamos, una trama criminal a toda regla, a través de organizaciones que aparentemente se percibía como defensores de usuarios bancarios –Ausbanc- y defensores de “corrupciones” como “Manos Limpias”. Y en el fondo se trataba de un auténtico entramado de sociedades mercantiles para desviar fondos desde los entes “sin ánimo de lucro”.
En Lanzarote también existen muchas “manos limpias”, muy bien estructuradas que persiguen a empresarios y políticos, utilizando mecánicas similares a las citadas organizaciones expuestas.
Múltiples proyectos de inversores privados no se han podido llevar a cabo, precisamente, por la constancia de la existencia de determinados extorsionadores y “recaudadores”, que a través de dichas conductas se han beneficiado de buenos dividendos, sin arriesgar ningún capital que siempre existe en los inversores y promotores. Los “especialistas” en la isla son bien conocidos, pero el problema es conseguir pruebas fehacientes para la correspondiente denuncia.
La “extorción” es una figura jurídica muy compleja. Fíjense que la Policía, desde 2004, ha estado analizando las actividades de “Manos Limpias” y “Ausbanc”, aunque la investigación a fondo se inició el pasado año, por los movimientos económicos de sus presidentes, que estaban siendo controlados directamente. Es posible que la acción popular, ejercida por “Manos Limpias”, contra la infanta Cristina de Borbón, haya sido el principal detonante para la “explosión informativa” de estos días contra las citadas organizaciones, supuestamente, criminales. En pocas palabras, se podría calificar como “el cazador cazado” o el enunciado: “Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe”.
Muchos empresarios, banqueros y políticos podrán al menos dormir más tranquilos, porque en un país tan “inquisidor” como el Reino de España, acostumbrado a “criminalizar” a cualquier persona que realiza negocios lícitos y genera economía para la sociedad, soportar a organizaciones como las expuestas es un suplicio. Ya con Hacienda, creo, que tenemos suficiente. Aunque no deja de ser un tormento.