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Del tráfico de ‘fariña’ y otras sorpresas

 

Por Francisco Pomares 

 

  • Lancelot Digital
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    Sinceramente, este país nuestro no tiene remedio. El debate a cuatro menos uno con el que nos obsequió la noche del miércoles la tele pública, acabó por convertirse en una suerte de estercolero general de fin de campaña. Los medios del PSOE ya nos habían advertido de la inminente activación de una bomba atómica que destruiría para siempre la credibilidad de Feijóo, y muchos pensamos que no se atreverían a sacar otra vez la foto de hace 30 años del presidente del PP con el narco Marcial Dorado. Pues sí, se atrevieron: mejor dicho, se atrevió Yolanda, perfectamente sincronizada con Sánchez hasta en sus dos o tres disidencias. Fue ella la rescatadora fotográfica de la noche, aunque Sánchez apuntilló la presentación como si no tuviera nada que ver con el asunto, después de que la mitad de sus ministros y ministras lo hubieran aventado como un solo hombre.

     

    La primera vez que aparecieron las fotos de Feijóo en bañador en la cubierta del yate de Dorado, en 2013, esas fotos ya eran bastante viejas, como del año 95. El rumor sobre la existencia de una foto comprometedora, encontrada por la Agencia Tributaria durante un registro del año 2004, en casa de Marcial Dorado, circuló ampliamente por Galicia, una región en la que los traficantes de tabaco y drogas fueron durante muchos años socialmente tratados como emprendedores de éxito. Finalmente, el rumor se hizo imagen: la foto fue portada de El País el 31 de marzo de 2013, filtrada probablemente desde la propia Agencia Tributaria, en un momento en el que Feijóo –entonces presidente de la Xunta- sonaba como posible sucesor de Rajoy, tras el escándalo de los papeles de Bárcenas. Feijóo se defendió entonces alegando que efectivamente había mantenido una relación de amistad con Dorado, y que la abandonó tras enterarse de que era uno de los reyes del tráfico de tabaco (fue sin duda el último en enterarse en Galicia), que la Justicia había dado carpetazo al asunto (eso es cierto) y que nunca tuvo él nada que ver con las actividades de Dorado (también es cierto).

     

    Cuando la foto se publicó, Dorado ya no era sólo un inocuo traficante de tabaco, sino uno de los jerarcas del tráfico de fariña. Había sido detenido en 2003 y finalmente condenado por la Audiencia Nacional en 2009 por un asunto más bien liminar, la venta al narco Roberto Leiro de un barco utilizado después para una operación de transporte de cocaína. ¿Cuándo se transformó Dorado en uno de los mayores traficantes de coca de España? Es difícil saberlo, pero con la modificación por el PSOE de las penas por tráfico de tabaco en 1982 –cuando ese contrabando no se consideraba siquiera delito-, y su equiparación penal al tráfico de drogas, era inevitable que los del negocio del tabaco descubrieran que era mucho más rentable dedicarse a transportar polvo que cartones.

     

    Es una historia vieja, de un tiempo antiguo y ya superado, que la propia Yolanda Díaz ya sacó en elParlamento de Galicia en 2013: hoy Galicia no es la Galicia que era, y la historieta de la foto de Feijóo con Dorado sólo reaparece de nuevo porque estamos en la campaña más indecente de la historia de este país. Sacar ahora la foto de Feijóo y Dorado es como sacar la de de Sánchez y Tito Berni. La cosa es puro ruido, tiene bastante poco recorrido.

     

    Tampoco lo tiene la historia de Ramiro Santalices, presentada alevosamente por Santiago Abascal en el debate del miércoles, a ver si hacía daño. Santalices, asesor personal de Yolanda Díaz, fue detenido en abril de 2016 por la posesión y uso de pornografía infantil, que guardaba en la oficina de su partido en la sede del Parlamento de Galicia. Desde luego que nadie es responsable de lo que un colaborador pueda guardar en su ordenador. Pero no era la primera vez: doña Yolanda apostó por su asesor Santalices cuando él la acompañaba en el ayuntamiento de Ferrol. Lo mantuvo en su puesto tras ser denunciado por dos militantes por utilizar un ordenador de la sede del partido para ver y compartir material pedófilo. Los dos denunciantes fueron expulsados de Izquierda Unida, entonces controlada por Díaz y Santalice fue ascendido y llevado al Parlamento, donde finalmente le trincó la Policía. Los políticos a veces se equivocan o no dan importancia a cosas que si la tienen. Es lo que le ocurrió a Feijóo con Dorado, o a Yolanda Díaz con Santalice, y aunque lo del pedófilo sea más cercano en el tiempo, es menos vistoso: las únicas fotos que hay son impublicables.

     

    En fin, que este es el nivel de la campaña… menos mal que sólo nos quedan ya dos días.

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