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Acto de fe, auto de fe

  • Lancelot Digital
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    Canarias será, probablemente, una de la regiones más perjudicadas del país, si llega a prosperar el sistema singular de financiación, que Sánchez ha ofrecido a los indepes catalanes, a cambio de que conviertan a Salvador Illa en presidente catalán: “¿Tú quieres que el dinero de Cataluña se quede en Cataluña? Pues yo quiero poder decir que he enterrado el procés a cambio.” Aunque en realidad, más que enterrarlo, lo que Sánchez ha hecho ha sido asumir una a una las posiciones de los independentistas, y neutralizar la bronca porque ya no hace falta ni bronca, ya lo único que queda por conseguir es el derecho a la autodeterminación. Para que los indepes no rompan la baraja si no logran exactamente lo que quieren, basta con darles todo lo que pidan. Y eso es lo que empezamos a hacer hace unos años con el indulto, seguimos después con la modificación del Código Penal, más tarde con la amnistía. Y ahora rematamos con la financiación fuera del régimen general. Para ellos la oferta es muy tentadora, ya hemos visto lo que ha sucedido en la votación interna en Esquerra: con una participación extraordinariamente elevada, la militancia republicana ha consentido en permitir la investidura del candidato socialista, con un ajustado 53,5 por ciento de los votos, tras una consulta que demuestra la división que la elección de Illa provoca en el partido republicano. Tanta, que hasta hubo que obviar su nombre al hacer la consulta.

     

    Despejada la duda, y con el partido republicano fraccionado, lo que resulta realmente inexplicable no es la posición de los indepes, sino la de los socialistas españoles. Descontando, por supuesto, a los socialistas catalanes, que ven en el acuerdo la oportunidad de regresar con mando y más recursos a la Generalitat, son sólo cinco las federaciones socialistas que se han ‘mojado’ defendiendo la propuesta de Sánchez, apoyada abiertamente sólo por la tropilla de dirigentes que le deben todo a Moncloa: la ministra valenciana, Diana Morant, partidaria de la propuesta fiscal procatalana a pesar de que Valencia será –como Canarias-, una de las autonomías más perjudicadas. También Baleares defiende el acuerdo con los indepes, con la presidenta Armengol aplaudiendo cualquier decisión de Sánchez, y luego están el secretario general del PSOE de Cantabria, Pablo Zuloaga, al que Sánchez impuso en las primarias del partido, y la de La Rioja, Concha Andreu, repescada por decisión de Sánchez como senadora tras ser derrotada en las elecciones de 2023. Y el murciano José Vélez, muy activo en defensa del concierto especial con Cataluña, aunque hay que decir que es también partidario de que Murcia cuente con un concierto propio. Y luego, la ejecutiva en peso, y la lista de los Delegados del Gobierno en las comunidades, que han entrado a defender la propuesta sanchista de canjear la lata del gofio por Illa y más tiempo para Sánchez, ejerciendo de contrapoder en las regiones.

     

    En los últimos días, Ángel Víctor Torres y la totalidad de su ejecutiva ha cerrado filas con el presidente del Gobierno y secretario general, su señorito.  Siendo Canarias una de las regiones que más tiene que perder con esta movida, no se ha producido, ni se espera que se produzca, una sola crítica autorizada al contestado acuerdo con Esquerra Republicaba para arbitrar una financiación singular que supone que Cataluña abandone el régimen común y rompa con el sistema actual. Es obvio que si Cataluña –región rica- recibe más recursos, y la cifra de lo que se recaude supondrá el doble de lo que ahora se ingresa por transferencias, habrá necesariamente menos para repartir. A Canarias y a otras regiones pobres llegará menos que ahora. Sería suficiente para que un partido que construyó la Autonomía, reformó el REF y nos metió en Europa, la liara parda. Pero para eso la gente que lo dirige debería ser de una pasta diferente a la que por aquí se estila. Torres es uno de los políticos que más claramente ha apoyado la propuesta de Sánchez. Es imposible no pensar que si perdiera el Ministerio tendría que volver a dar clases, porque prefirió conservar su acta de diputado regional que batirse el cobre por la de diputado nacional. Si pierde su puesto, se acabó lo que se daba: vuelta al cole. Su gente más cercana, como la diputada Nira Firro, ha sido muy activa en redes, defendiendo la financiación singular para Cataluña. Es otro caso inexplicable de entrega a un argumentario que no se sostiene sin datos, ni puede mantenerse más allá de unos días.

     

    En poco tiempo, quienes defienden desde el PSOE esta nueva cesión, tendrán que afrontar el hecho de que nadie ha explicado aún lo que el acuerdo implica para las regiones más pobres. Sánchez no va siquiera a presentar el acuerdo hasta que Illa no sea investido. Sólo ofreció una rueda de prensa en la que se negó a dar información alguna, dejando todo en consignas y palabreos. Quienes le siguen, están instalados en un acto de fe, en una inspiración casi religiosa, una confianza mística en los poderes del amo. Pero si algo nos enseña la historia es que los actos de fe ciega, son antesala de los autos de fe.

     

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