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Nuevas repercusiones de la declaración de Lanzarote como isla “turísticamente saturada”

The Times y Preferente, medio que se define como líder mundial de audiencia turística, critican duramente las palabras de la presidenta del Cabildo

 

  • Lancelot Digital
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    El discurso de la presidenta del Cabildo, Dolores Corujo en Fitur, señalando a Lanzarote como una isla turísticamente saturada, que tanto daño hizo en algunos medios ingleses que interpretaron un cierto desprecio en sus palabras, continúa generando polémica.

     

    Algunos medios de comunicación como el popular The Times y la web Preferente, que se define como líder mundial de audiencia turística, se han hecho eco del debate y sacan la conclusión de que, efectivamente, es un ataque directo al turismo inglés, algo que han negado, por activa y por pasiva, tanto desde el propio Cabildo como desde el sector turístico insular, conscientes de la importancia que tiene el turismo inglés en Lanzarote.

     

    En cualquier caso, las palabras pronunciadas en la Feria Internacional de Turismo han tenido un efecto no deseado y su eco, sigue resonando. Desde el sector, se ha señalado que ese debate debe realizarse, de una manera reposada y reflexiva para buscar las mejores soluciones sobre la capacidad de carga insular, pero siempre de puertas para dentro.

     

    Por su parte, otros medios como el Dailymail publican informaciones en las que señalan que la presidenta de Lanzarote elogia a los turistas alemanes, ya que la isla busca atraer turistas de "mayor calidad" y depender menos de los británicos. Leer aquí

     

    Reproducimos textualmente los artículos de ambos medios, para que juzguen los lectores y saquen sus propias conclusiones.

     

    Artículo de The Times (traducido)

     

    Los británicos son demasiado cutres para Lanzarote

    Casi la mitad de los 2,5 millones de turistas de Lanzarote el año pasado procedían del Reino Unido

     

    Al amanecer, algunos se escabullen y marcan su territorio con toallas de playa colocadas estratégicamente, y regresan horas más tarde para reclamar su preciada posición junto a la piscina.

     

    Otros se niegan a hablar el idioma local por principio, queman sus cuerpos al sol hasta que adquieren el color del cerdo crudo y luego, por las noches, salen y se vuelven más alborotadores que un pelotón de vikingos berserkers.

     

    Durante décadas, Gran Bretaña y Alemania se han ganado la reputación de ser turistas desagradables en partes del Mediterráneo.

     

    Ahora, sin embargo, el Reino Unido ha sufrido una mayor indignidad. La líder de Lanzarote, una isla canaria muy popular entre los turistas británicos, dice que su comunidad se ha hartado de ellos y buscará atraer a una clase de visitantes de "mayor calidad" de Alemania.

     

    La isla se ha declarado un "área saturada de turistas" y está considerando formas de limitar el número de visitantes del Reino Unido. Su nueva estrategia apunta a “reducir la dependencia del mercado británico”.

     

    María Dolores Corujo, jefa del partido socialista en el gobierno local de Lanzarote, dijo en una feria de turismo en Berlín: “Es fundamental trabajar en la diversificación del sector [turístico] y el crecimiento de mercados como el alemán. . . y [dibujar] a los turistas que gastan más cuando están aquí y [alejarnos] del turismo de masas”.

     

    Es un fuerte golpe para la fortuna de Gran Bretaña en una rivalidad tan antigua como la propia tumbona junto a la piscina. La prensa alemana a menudo se ha regocijado al burlarse del Reino Unido por la conducta de sus turistas.

     

    Hace una década Bild, el periódico más popular del país, publicó una andanada contra la “tos de vodka, las quemaduras solares y la lencería-amnesia” de los británicos en el extranjero en Mallorca. Desde entonces ha vuelto a menudo al tema. Envió a un reportero a la isla y delató a un operador de maquinaria de 30 años de Barnsley como el "rey de los ladrones de tumbonas".

     

    Incluso el Frankfurter Allgemeine Zeitung, comparativamente de lujo, señaló con entusiasmo que los británicos tenían el doble de probabilidades que los alemanes de participar en "reservas específicas de toallas de tumbonas escasas".

     

    Quizás, sin embargo, Corujo debería tener cuidado con lo que desea. Mallorca, que está tan llena de turistas alemanes que a veces se la describe como el decimoséptimo estado federal del país, ha dado lugar a toda una subcultura conocida como "Ballermann", conocida por su música de baile eurotrash y su exuberancia impulsada por el alcohol.

     

    En 2016, las autoridades se vieron obligadas a intervenir y prohibir a los alemanes sorber sangría de cubos de diez litros. “Beben hasta que llega el médico, se visten como si los años ochenta y noventa nunca hubieran terminado, y todo el tiempo actúan como si la isla les perteneciera”, escribió horrorizado un periódico de Berlín.

     

    El año pasado Lanzarote fue visitada por 2,5 millones de personas, o 17 veces su población autóctona. Casi la mitad de ellos eran británicos, y los alemanes formaban el segundo grupo más grande de turistas.

     

    Algunos en la isla temen que los comentarios de Corujo puedan robarle a la economía una importante fuente de ingresos.

     

     

    Artículo de opinión de Preferente

     

    “Lanzarote, no a los ingleses"

     

     

    "La isla de Lanzarote se declaró a sí misma como zona turísticamente saturada. Acto seguido, ha dicho que va a limitar el número de turistas británicos que deja entrar. Y ahí me entra una duda: ¿la isla está saturada de turistas o de turistas ingleses? En otras palabras, ¿caben más turistas, pero siempre que no sean británicos?

     

    Dolores Corujo, la presidenta del Cabildo, dice que la saturación es un problema para Lanzarote. Hasta ahí, es un asunto discutible, pero que, si hay acuerdo social, puede ser aceptable. Pero lo que a mí no me encaja es que acto seguido se diga que los que sobran son británicos. ¿No está muy feo eso de que no vengan más los de tal nacionalidad? ¿Y no es especialmente desagradable que esa nacionalidad sea la líder?

     

    Yo pensaba que la discriminación estaba mal en general, no sólo cuando hablamos de género, o de minorías, o por otras causas. Pero veo que en Lanzarote dicen abiertamente que no vengan británicos… Yo si fuera inglés no me sentiría muy a gusto con quienes hacen esto. Otra cosa es que haya límites al turismo, lo cual puede ser entendido por todos, más fácilmente”.

     

     

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