Somos más pobres
Lanzarote, al igual que el resto de las Islas Canarias, sigue siendo más pobre que antes de la pandemia del covid-19. Era algo que se intuía y que ha conformado el último informe realizado por Cáritas Diocesana de Canarias. A pesar de que la economía ha ido mejorando, poco a poco en las islas, especialmente gracias al tirón del turismo, lo cierto es que el pasado año, según el citado informe, Caritas atendió a 15.000 hogares en el Archipiélago, cuando, antes de la pandemia, apenas atendía a 2.500. La tan traída y llevada vuelta a la normalidad no solo no ha beneficiado a todos por igual, sino que ha dejado a muchas familias por el camino. Además, el informe ha puesto sobre la mesa otro dato relevante y es que la pobreza tiene rostro de mujer. De cada diez hogares en exclusión social, ocho son monoparentales con una mujer al frente que se ha visto en una situación límite de la que no puede salir.
No, Canarias no ha vuelto a la normalidad
Las consecuencias de la COVID-19 también han producido un aumento y deterioro tanto físico como de salud mental mayor en las personas en situación de sin hogar, que también se han incrementado. El número de personas en paro también ha aumentado. Aunque ya Canarias era una de las regiones con mayor paro del país, la situación se ha complicado mucho más tras la pandemia mundial. En conclusión, la realidad de las islas dista mucho de poder definirse como "normal" o similar a la de 2019. Queda mucho trabajo por hacer y la situación actual, con la guerra de Ucrania, el lastre de la pandemia, la viruela de mono, la constante subida de la inflación y, por tanto, de los precios, es de gran incertidumbre para los agentes económicos. El Gobierno tiene ahora que hilar muy fino y aprovechar los fondos que vienen de Europa para que las islas sigan creciendo económicamente y se beneficie de ello el máximo número de familias.