Socialistas, populares y la derecha radical gobiernan juntos… en Europa
Tras su reelección como presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha conformado un nuevo equipo de comisarios europeos a tres bandas con presencia de populares, socialistas y de la derecha radical de la italiana Giorgia Meloni, que no alcanza el extremismo de la ultraderecha de Le Pen o de Vox. De esta manera, le hace un guiño, alejándola de la derecha más radical, pero no deja de la mano a los socialistas. De hecho, Sánchez ha logrado la designación de Teresa Ribera como vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión Europea (CE), que incluye Competencia y la supervisión de las carteras de Energía, Clima, Vivienda y Medioambiente pone en sus manos el control de la política industrial y medioambiental europea. Un tanto muy relevante para los socialistas españoles.
Diferenciar lo urgente de lo importante
La fuerte posición de Ribera, que se sitúa justo por debajo de Von der Leyen, no es producto de la casualidad. De hecho, se trata de una fórmula muy meditada para contentar a los socialdemócratas y ha elegido España porque es el país en el que los socialistas europeos están más fuertes. De esta manera, equilibran además el acercamiento a Meloni. Europa, por tanto, deja de lado los colores políticos para tratar de avanzar en las políticas conjuntas. Unión ante el resto de las potencias, algo que a priori parece lógico. Cuestión aparte es lo que ocurre en España donde no somos capaces de dejar de lado la política sea cuál sea el motivo. De hecho, nada más conocer el nombramiento de Ribera, el PP ya aseguró su decisión de votar en contra. Hablamos del mismo Partido Popular que le pidió al PSOE altura de miras para no votar en contra de Arias Cañete en su día, allá por 2014. Está claro que por mucho que evolucione y madure Europa, en este país seguimos sin saber diferenciar lo urgente de lo importante. Evidenciar la eterna brecha existente entre derecha e izquierda en España, no puede ser más relevante que obtener réditos y beneficios para el país. En el enfrentamiento entre ideología y logros, no puede ganar la primera.