La isla de la pena de banquillo o del telediario
No es la primera vez, ni será la última por desgracia, que hablamos de los juicios paralelos que se suelen montar en torno a las noticias judiciales, la mayor parte de las veces con objetivos políticos. En el caso de Lanzarote, la estadística se dispara. Estamos cansados de leer y escuchar todo tipo de barbaridades sobre acusaciones que han quedado en nada. Bueno, en nada, no. El daño está hecho. En ocasiones irreparable, cuando la familia de los acusados padece por todo lo que se está diciendo y prejuzgando. No contamos nada nuevo, la novedad es que se ha vuelto a producir en el caso de La Bufona. Una vez más, han salido absueltos los dos acusados, Federico Echeverría y Antonio Caro, y no se tendrán que tirar ni una sola de las más de 50 viviendas que se construyeron. Tenían licencia municipal y estaba en suelo apto para construirlas.
Sembrar dudas, como quien siembra papas
En este caso, que se inició en 1999 a raíz de una denuncia del Seprona, se juzgaba la construcción de 52 casas donde solo se podían construir 24 y que se hiciera ocupando una zona de suelo rústico de valor ecológico. Veinte años después, y tras la anulación del Plan parcial de La Bufona, los acusados se volvían a enfrentar a cuatro meses de cárcel, multas y el derribo de lo construido, pero el Juzgado número 3 ha dictaminado la absolución del promotor y constructor de las casas, del delito contra la ordenación del territorio y del delito de desobediencia, al extinguirse la responsabilidad penal por la prescripción de dichos delitos. Pero el problema no es que se hinchara el caso mediáticamente, que sí, sino que se hizo por el llamado eje del mal, aquellos que quieren destruir a todos los que no pagan el impuesto revolucionario o a los que no son de su cuerda política. Querían, de rondón, ensuciar el nombre de la que fuera alcaldesa del PP y hoy presidenta del Parlamento de Canarias, Astrid Pérez. LANCELOT MEDIOS no entró en el seguidismo de otros medios entendiendo que había que dejar trabajar a la Justicia y no influir ni para un lado ni para otro. La maldad fue tan grande que acusaron a la alcaldesa de construirse su casa fuera del suelo urbano, cuando en cualquier caso hubieran sido los promotores los que lo hicieron y ella, una víctima. Pero daba lo mismo, como ocurrió con el sonado Caso Stratvs, lo importante es hacer un caso mediático y condenarlo a la pena de banquillo. Lo primero, la sentencia y luego, el juicio.