El PSOE y la máquina de tirar hoteles
El presidente del Gobierno de Canarias, el socialista Ángel Víctor Torres, manifestó en Café de Periodistas, en nuestra opinión acertadamente, que va a luchar para, haciendo uso de las competencias transferidas al Ejecutivo de Costas, evitar el derribo de los dos hoteles construidos en los dominios de Costas y en pleno paraje natural de las Dunas de Corralejo en Fuerteventura. La defensa es lógica y, sobre todo, pragmática, ya que, de tirarse esos hoteles, 400 familias canarias se quedarían en el paro. En cualquier caso, esta posición, que puede ser discutible o no serlo, contrasta con el empeño del PSOE en complicar la regularización de hoteles que se construyeron en planes parciales en los que se podían construir. Hasta tal punto es así que, si se llegan a tirar alguno, el propietario tendría derecho a construir el mismo hotel porque el planeamiento de antes y de ahora lo permite.
Una obsesión que perdura
La obsesión del núcleo duro del PSOE de Espino y Corujo de justificar el lío mediático y judicial con los llamados hoteles del sur, y sobre todo, de justificar el millón de euros que se llevó crudo un despacho ligado al socialismo, hace que sigan con esa cantinela. La realidad ha quedado patente, los hoteles por suerte siguen en pie, la mayoría ya se han regularizado y el resto se regularizará con pequeñas intervenciones. En cambio, resulta curioso (y nadie ha dicho ni pío en el PSOE) que se esté construyendo ahora, en la época de Dolores Corujo, el mayor hotel de Canarias en Playa Blanca, gracias al famoso convenio de Yudaya. Un convenio firmado entre el Cabildo de Espino de aquellos años y la propiedad. Dónde el famoso despacho de la Plazuela se volvió a endosar en su casillero otros 100 mil euritos por el trabajo realizado. Eso sí, esa vez lo pagó la propiedad. Y como decía uno que los conoce "son insaciables".