Declaraciones confusas
La presidenta del Cabildo sin duda no esperaba que las polémicas declaraciones que realizó en FITUR al declarar Lanzarote como Isla Saturada Turísticamente iban a tener una repercusión tan negativa y a generar tanta confusión entre los receptores del mensaje. Es evidente que no imaginaba que los periódicos ingleses, los tabloides sensacionalistas, iban a malinterpretar (o manipular) sus palabras, y publicar que Lanzarote, según su presidenta, ya no quería más turistas ‘baratos’ británicos. El sector turístico se llevó las manos a la cabeza al comprobar que podía haberse sentido ofendido el principal cliente de la isla: el turista inglés.
Los experimentos, con gaseosa
Dolores Corujo trató de aclarar posteriormente que no se trataba de menospreciar a ningún turista, sino de abrir un debate sobre la capacidad de crecimiento de la isla. Lo cierto es que los experimentos es mejor hacerlos en casa y con gaseosa, porque en este terreno es mucho lo que nos jugamos. El turístico es un mercado muy competitivo, sensible y el sector sigue arrastrando todavía el déficit generado por la pandemia sanitaria. El año turístico ha sido bueno, pero las pérdidas fueron enormes y costará equilibrar la situación. Este tipo de debates deben ser de consumo interno, y sin prisas, una reflexión pausada que nos permita determinar qué queremos para Lanzarote, antes de anunciarlo a bombo y platillo como eslogan electoral.
Discursos que no se corresponden con los hechos
Precisamente, los ecologistas de la isla la han criticado, justo, por lo contrario, señalando que Dolores Corujo ha puesto sobre la mesa el debate del crecimiento insular cuando apenas quedan tres meses para las elecciones. Le echan en cara que el único motivo para hacerlo sea el poder seguir blandiendo la bandera de la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, que viene muy bien sacar llegada la llamada a las urnas. Cuestionan los ecologistas que este discurso se corresponda con la gestión realmente realizada, ya que no se ha sacado adelante ningún planeamiento, ni el insular, ni el de La Geria, ni el del Archipiélago Chinijo; no se ha sacado adelante ninguna planta fotovoltaica, ni eólica; y se ha apostado por una carretera alternativa en Playa Honda, desechando la opción del soterramiento, aunque esta consumiera menos terreno y fuera menos lesiva para la isla. En definitiva, muchas palabras y pocas obras.
