De aquellos polvos estos lodos
Agosto está siendo un verano marcado por el agua, o más bien por la ausencia de ella. Los constantes cortes de suministro por todo el territorio insular, tanto de agua potable como de agua agrícola, le están dando el verano tanto a los conejeros como a los turistas. Pero se veía venir. No nos podemos hacer los sorprendidos. La red de tuberías de la isla ya se encontraba en mal estado y durante los últimos cuatro años la solución a este problema latente ha sido no hacer nada. Nada de nada.
Un verano para no recordar
No se ha invertido, tal y como se suponía que estaba acordado con Canal Gestión, en renovar estas tuberías, tampoco las desaladoras ni en los depósitos ni un solo euro. Ya veníamos de una situación mala: más del 50 por ciento del agua que se producía se estaba perdiendo por el camino, y no llegaba a su destino por averías y roturas. Lo peor que podía pasar, pasó, y la burbuja reventó del todo, dejando a una planta desaladora fuera de servicio. Ahora se hace preciso invertir unos 200 millones de euros para solucionar la broma y tiempo, porque no se hará de un día para otro. Ya lo dicen los más mayores, los deberes poquito a poco para avanzar con seguridad. Aquí no los hemos hecho y nos ha quedado el curso para septiembre, y justo por eso, estamos pasando un agosto, de ola de calor en ola de calor, con constantes cortes de agua. Esperamos que durante esta legislatura el nuevo grupo de gobierno haya cogido recorte de lo que no se debe hacer, y no volvamos a pasar un verano así.