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¿Por qué es importante tener nuestro Windows particular registrado?

Existen diversos motivos para pagar por una licencia y vamos a tratar de resumir cuales son los más destacables

 

  • Lancelot Digital
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    Históricamente se ha tratado de diferenciar el uso profesional en empresas con el uso particular del sistema operativo Windows. La principal diferencia siempre fue la presión que esta compañía ejercía sobre los sistemas de licenciamiento. Era bien sabido que la mayoría de las personas individuales optaban por introducir claves de producto sin registrar, sabiendo que funcionaban a la perfección y les permitían dar uso y disfrute de este sistema operativo sin alguna dificultad.

     

    Microsoft fue evolucionando con el paso de los años, y en los últimos años de vida de Windows XP, incorporó una nueva plataforma, que impedía el registro tan “cómodo” de licencias sin registrar a los particulares, obligando a muchos a acabar comprando una licencia por diversos motivos, como vamos a ver a continuación.

     

    Puede existir una opinión dividida sobre cuál es la acción más adecuada, pero sin lugar a dudas, tomar la decisión de comprar licencia Windows 10 pro, que es la última versión del sistema operativo de la compañía, es lo más recomendable.

     

    Motivos principales por los que comprar una licencia es buena idea

     

    Implicaciones Legales

     

    Esto es una obviedad, pero eventualmente Microsoft se toma como personal algunos casos puntuales. Nunca se sabe cuando te puede tocar, pero la compañía va golpeando a algunos usuarios de vez en cuando. Generalmente esto suele afectar más severamente a las empresas, dado que los inspectores de Microsoft ponen el foco principalmente en las compañías. Especialmente en aquellas que empiezan a tener un tamaño considerable. Pero incluso siendo autónomo, o una empresa pequeña, es posible estar en el punto de mira de alguna incursión legal de la compañía.

     

    Sistemas de Seguridad en el sistema operativo

     

    Sin lugar a dudas es posible que este sea el punto más importante al margen de la legalidad que comentábamos antes. Microsoft hizo una jugada maestra, facilitando el acceso a cualquiera a sus sistemas operativos, pero impidiendo las actualizaciones a aquellos que no hubieran registrado una copia legal.

     

    Las actualizaciones son la principal fuente de protección del sistema operativo, dado que en ellas, se encuentran los parches de seguridad que corrigen una deficiencia en el sistema operativo que podría ser aprovechada por un atacante malicioso.

     

    Esto quiere decir, que si llevamos tiempo sin actualizar, o si poseemos una versión demasiado antigua del sistema operativo (por ejemplo Windows XP), estamos expuestos a un amplio número de ataques informáticos que podrían ser desde algunos tan simples como un virus que elimina toda la información de nuestro disco duro, hasta ataques más sofisticados que roban toda la información de nuestras tarjetas de crédito o roban toda la información sensible y luego piden un importe en concepto de rescate.

     

    Mayor funcionalidad

     

    Si queremos acceder a mayor funcionalidad en el sistema operativo, es necesario conocer las diferentes licencias que existen. Microsoft hace tiempo, empezó a seguir la estrategia, de ofrecer un sistema operativo muy sencillo, con la mínima funcionalidad y luego ofertar ciertas licencias adicionales en función de los añadidos que pretendamos incorporar.

     

    Este es el caso por ejemplo de las versiones Ultimate, como es el caso de Windows 7 Ultimate, el cual incorpora todas las ventajas que esta versión de Windows puede aportar: Seguridad de archivo y encriptación con Bitlocker, posibilidad de crear máquinas virtuales, Windows Media Center, entre otras. En resumen, sería como la versión Home y Professional orientada a equipos que tengan necesidades laborales y particulares al mismo tiempo.

     

    Lo mismo ocurre con las sucesivas versiones que Microsoft fue sacando a partir de ahí: Windows 8 y Windows 10. Es importante elegir bien la licencia dado que una versión inferior podría no incluir un elemento que nos pueda hacer falta.

     

    Las licencias para profesionales tienen peculiaridades

     

    Licenciar un equipo no es tan simple como disponer de una clave de producto y meterla durante la instalación. Es necesario tener presente que estamos licenciando para tener garantías de que estamos haciendo lo correcto.

     

    Esto afecta principalmente a los profesionales y no tener presente esto, puede implicar una multa o un ataque legal por parte de la compañía

     

    ¿Cuáles son los diferentes tipos de licenciamiento?

     

    En primer lugar, hay que saber diferenciar entre licencias de Volumen, licencias de máquina y licencias libres. Los precios suelen variar entre una y otra significativamente:

     

    Las licencias libres o también llamadas licencias Retail, son aquellas licencias que nos permiten instalar Windows en cualquier ordenador sin restricciones y solo pueden estar instaladas en un ordenador por licencia. Si cambiamos de ordenador podemos instalarla en un nuevo equipo sin problema. Simplemente tenemos que guardar el resguardo de la compra que es lo verdaderamente importante a efectos legales.

     

    Las licencias máquina o licencias OEM, son iguales que las anteriores, pero están asociadas a una máquina en particular. Al cambiar de ordenador la licencia se pierde o se va con ese ordenador. Son más baratas evidentemente, pero más restringidas. Tienen asociadas el número de serie del ordenador en cuestión.

     

    Las licencias de Volumen, son licencias que compran las grandes empresas para cubrir un gran volumen de ordenadores y poder ir metiendo y sacando equipos sin tener que estar haciendo el trámite burocrático constantemente. Son licencias libres, pero atadas a un número de identificación fiscal (el de la empresa). Es por ello, que usar esta licencia en otro negocio, aunque funcione, es un error.