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Si has oído hablar sobre los valoradores potenciométricos automáticos pero no sabes demasiado sobre ellos, presta atención.  Te acercamos todos los detalles que debes conocer al respecto.

 

Qué son y para qué sirven los valoradores automáticos potenciométrico

 

Los valoradores son potenciométricos automáticos que se enmarcan dentro de una gama alta y que posibilitan consolidar las diferentes aplicaciones de una valoración a través de una única plataforma. Esto hace posible realizar análisis eficientes y seguros. Se pueden encontrar diferentes opciones de personalización y automatización, puesto que cuentan con diseños modulares que permiten su ampliación según la necesidad que pueda surgir.

 

Entre las ventajas de los valoradores, como el valorador OMNIS, encontramos la posibilidad de poder hacer hasta cuatro análisis automatizados a la vez. Esto si se compara con la opción de hacerlo a través de un sistema independiente, hay que tener presente que precisamente gracias a la posibilidad de automatización es posible ahorrar hasta un 60 % del tiempo. Con este tipo de robots es posible disfrutar de las ventajas del cambio automatizado de hasta 175 muestras. En definitiva, hacen posible aumentar la capacidad de análisis sin que ello tenga una repercusión en la precisión. En definitiva, estos aparatos sirven para obtener un gran nivel de precisión de análisis.

 

Valoración conducímetrica

 

Ahora que conoces en qué consiste un valorador, te acercamos en qué consiste la valoración conducímetrica. Pues bien, decir que se trata de un método de análisis que tiene su base sobre el cambio de conductividad que puede darse en una solución al agregar un valorante conocido como valoración conductimétrica.

De este modo, la conductividad total que se da en una muestra es el resultado de la suma de las conductividades que se dan en los iones disociados individuales sobre la solución de medición. 

 

Precisamente durante la valoración, la conductividad va cambiando por la adición del valorante y la reacción que se produce entre el valorante y el analito. Se trata de algo que se indica mediante una interrupción en la curva de valoración.  

 

Por tanto, hay que tener en cuenta que al hablar de la valoración de conductividad hablamos de un tipo de valoración de punto final monótona. Lo que se traduce en que es el valorante el que se añade en incrementos de volumen fijos. Llevar a cabo esta tarea implica dar uso a un agitador magnético o suspendido, una punta dosificadora y al propio sensor de conductividad. 

 

Cuando se llevan a cabo este tipo de tareas hay que tener en cuenta el rápido tiempo de respuesta del sensor. Cuando se emplean para ello sensores con funda extraíble, tendrán que quitarse. Además, el proceso de agitación se tendrá que llevar a una velocidad elevada, solo limitada dicha velocidad de agitación por el hecho de que no debe haber ningún tipo de entrada de aire en la muestra. Esto es así porque las burbujas de aire en el sensor dan lugar a una señal inestable.Mediante un valorador potenciométrico  automático lo que se hace es llevar a cabo una evaluación precisamente de las curvas típicas de valoración de conductividad que a su vez se miden en la solución.

 

Ventajas de las valoraciones de conductividad

 

Este tipo de valoraciones tienen diferentes ventajas. La primera de ellas es que no se requiere ningún indicador de color, por lo que se puede realizar la pertinente valoración tanto en muestras de color como en muestras turbias. También habrá que tener en cuenta que se puede emplear para ello un sensor único que se usará en todas las valoraciones. Además, los ácidos débiles tendrán la posibilidad de valorarse, puesto que es una metodología que ofrece puntos finales precisos en este tipo de muestras.

 

En definitiva, mediante una valoración de conductividad lo que se hace es recurrir a un un método de análisis muy valioso que sirve para así determinar la concentración de compuestos iónicos que se pueden encontrar en las soluciones. Con ello, el resultado es una alternativa rápida y precisa respecto a los métodos de valoración convencionales. Todo esto permite hacer una valoración de muchas muestras con el objetivo de conocer cuál es su contenido iónico.

 

Es un tipo de valoración que ofrece un gran nivel de control y precisión. gracias a funciones sobre el análisis que van desde el suavizado, a determinar el rango lineal o a la posibilidad de hacer una evaluación flexible de puntos finales.