En otoño visitamos Jerez de la Frontera
Caballos, bodegas, flamenco y circuitos deportivos de alta velocidad en una ciudad cargada de historia y cultura
Pensar en Jerez de la Frontera es imaginar caballos, bodegas, motociclismo, automovilismo y, por supuesto, buen vino. Pensar en Jerez es hacerlo en Andalucía, en Cádiz. De hecho, el término municipal de Jerez de la Frontera es el más grande de la provincia y parte de su sierra está incluida en el parque natural de Los Alcornocales.
La ciudad, una de las más representativas de Andalucía y núcleo fundamental del flamenco, ofrece un sinfín de atractivos y justo por eso, es un buen momento para aprovechar las ofertas de Binter Canarias y Canariasviaja.com para conocerla.
Aunque su poblamiento es conocido desde el Paleolítico, es en la época musulmana cuando se producirá el auténtico desarrollo urbano. Es entonces cuando se construyen mezquitas, palacios y se extiende su casco urbano. Ya en el siglo XV se convierte en una de las ciudades más prósperas de Andalucía y en el siglo XVIII iniciará de nuevo un importante crecimiento económico que no cesará hasta nuestros días. Actualmente, la industria del vino se ha convertido en la actividad motor de su economía.
La pregunta es, una vez llegamos a Jerez y dejamos nuestras cosas en el hotel, qué es lo que no podemos dejar de ver.
Alcázar de Jerez. Fortaleza árabe construida en el siglo XII en la parte más alta de la ciudad, su misión era proteger la medina con unos gruesos muros de casi 4 kilómetros de longitud. Es uno de los pocos ejemplos de arquitectura almohade que quedan en toda la Península Ibérica. Destacan en su interior la Puerta de la Ciudad, la Mezquita, los baños árabes… después de la Reconquista se añadieron espacios como los jardines, el molino de aceite, el Patio de Armas, el patio de San Fernando y el Palacio de Villavicencio.
Iglesia de San Miguel. Levantada a finales del siglo XV destaca por su arquitectura en la que se mezclan los estilos gótico, renacentista y barroco, producto de la prolongación de su construcción durante varios siglos. Destaca su fachada barroca y la portada gótica del evangelio, en una de las fachadas laterales. En su interior hay que descubrir su valioso conjunto de piezas mueble de estilo barroco, la Capilla del Sagrario y el Retablo Mayor, realizado por Juan Martínez Montañés.
Plaza del Arenal. Se trata de un amplio espacio rectangular, con terrazas, que fue una antigua musara andalusí para pasar a ser, después de la Reconquista, un escenario de duelos y batallas. En el centro de la plaza está el monumento a caballo de Miguel Primo de Rivera, militar nacido en la ciudad, y en uno de los laterales, el edificio de la Alhóndiga, que se caracteriza por su galería de arcos de medio punto.
Iglesia de Santo Domingo. Construido en el siglo XIII, en este edificio se mezclan elementos mudéjares, góticos y renacentistas y cuenta con unos espléndidos claustros de estilo gótico situados en un anexo exterior, mientras que en el interior destacan las capillas de Consolación y de la Virgen del Rosario de los Montañeses, el Retablo mayor y la Sacristía.
Basílica de la Merced. Perteneciente a los hermanos mercedarios, este templo que tiene sus orígenes en el siglo XIV, destaca por una magnífica portada de dos cuerpos de altura, mientras que el interior sorprende por sus bóvedas de hiladas que cobija un precioso retablo mayor, una réplica de la Sábana Santa de 1572 y la imagen de Nuestra Señora de la Merced, la Patrona de la ciudad.
Catedral de Jerez de la Frontera. Este imponente templo combina los estilos gótico, barroco y neoclásico, e impresiona por su bonita fachada principal con portada barroca, una gran cúpula, el juego de arbotante y una esbelta torre separada de la iglesia, mientras que en el interior guarda algunas joyas como las capillas de la Inmaculada, del Sagrario y de las Ánimas, y obras como el Cristo de la Viga, del siglo XIV, y ‘La Virgen Niña’ de Zurbarán.
Cartuja de Santa María de la Defensión. Construido en el siglo XV en estilo gótico tardío, el templo cuenta con una impresionante portada renacentista, realizada por Andrés de Ribera en 1571, y con varios tesoros en su interior como la Capilla de Santa María, la sillería del coro, el retablo mayor y un pequeño claustro gótico.
Por último, no puede faltar en este viaje una visita a las bodegas de uno de los principales destinos de enoturismo del país. Entre las más relevantes están las de Álvaro Domecq, Fundador, Lustau y las del Tío Pepe. Probar la deliciosa gastronomía andaluza y disfrutar de un espectáculo de flamenco, son opciones que harán la