¿Puede un artista llegar a odiar su obra?
Por Inés Rodríguez
“¿Puede un artista llegar a odiar su obra?” Quiero comenzar el siguiente artículo con esta pregunta, ya que podría proponer un debate nunca antes visto. ¿Es posible crear algo que sea aborrecido? Ya le pasó a Viktor Frankenstein en la novela de Mary Shelley, donde creaba a la criatura más horrenda del mundo. Pero, ¿y en la realidad? Estoy aquí para afirmar que esto es mucho más habitual de lo que se cree. Un artista puede rechazar su invención desde un inicio, porque la ha creado con el objetivo de ganar fama y dinero; o bien, su opinión puede empezar siendo genuinamente buena, no obstante, por el contexto en el que fue pensada, poco a poco, puede llegar a odiarla. Esto último, por sorprendente que resulte, fue lo que le ocurrió a Noel y Liam Gallagher, miembros de la banda brit pop y rock Oasis, con su éxito más vendido en toda su trayectoria: “Wonderwall”. Esa canción de 1995 que es bien recordada y que hace de la agrupación un icono clásico tanto de la música británica como del conjunto rock mundial.
Considero que el origen de todos los problemas ocurre cuando todavía no se había grabado “Wonderwall” en los estudios galeses Rockfield, prestigioso lugar donde Oasis asiduamente trabajaba. Cabe destacar que los hermanos Gallagher, tras unirse a la banda, adoptaron la nociva costumbre de discutir constantemente. Eran tales los enfrentamientos, los cuales, según ha dado a conocer Noel, iniciaba mayoritariamente Liam; que Noel estuvo a punto de abandonar el grupo tras la salida de su primer disco “Definitely Maybe”, un trabajo que cosechó un éxito moderado en Reino Unido. Sin embargo, el manager de Oasis consiguió convencer al mayor de los Gallagher de continuar con el proyecto, ya que, tratándose del compositor de la banda, estancaría todo el progreso que habían conseguido hasta ese momento. Así, Noel comienza a escribir el repertorio del segundo álbum: “(What 's The Story) Morning Glory?”. Una de sus canciones era “Wonderwall”, inspirada en la discografía de George Harrison; así como en su relación con Meg Mathews. A pesar de que nunca había cantado en la agrupación, quiso interpretar el tema; aunque, para ahorrarse una nueva discusión con Liam, quiso darle a elegir entre cantar “Wonderwall” o “Don’t Look Back In Anger”, otra composición que a Noel le gustaba, aunque no tanto como el primer sencillo. El vocalista, a quien no le agradaba cederle su puesto al compositor, consciente de la ilusión que le hacía cantar “Wonderwall”, terminó escogiendola. Si bien Noel estaba contento por poder interpretar la sentimental “Don’t Look Back In Anger”, lo cierto es que, ese día, comenzaría a sentir un sinsabor que acabaría por convertirse en su rabia a “Wonderwall”.
A partir del lanzamiento de “(What 's The Story) Morning Glory?”, el 2 de octubre de 1995, la fama del grupo incrementó. De manera casi inmediata, “Wonderwall” se convirtió en un asiduo himno entre los jóvenes, y el disco estaba siendo catalogado como uno de los mejores álbumes de rock de todos los tiempos. Sin embargo, a pesar de haber alcanzado la gloria, pronto esto se volvió en contra del grupo. Los periodistas, interesados en averiguar aspectos personales de los Gallagher, citaron en una ocasión al padre de los hermanos, sin que éstos supieran nada, en uno de los conciertos de la banda. Cabe destacar que Noel sufrió innumerables agresiones por parte de su progenitor, lo que le llevó a desarrollar un trauma psicológico bastante importante; mientras que Liam, 5 años más joven que su hermano, no experimentó casi ningún abuso, puesto que sus padres se divorciaron cuando todavía era muy pequeño. Al encontrarselo, Noel se negó a dirigirle la palabra y se fue del lugar, pero Liam comenzó un enfrentamiento físico con él que no llevó a nada; aunque, claro está, dió material suficiente a la prensa para hablar durante unas semanas. A este suceso se le sumó la propagación de una supuesta rivalidad entre Oasis y Blur, otro grupo británico brit rock que estaba en auge en los noventa. Estas dos anécdotas hicieron que Oasis llegara a la conclusión de que la fama le estaba haciendo daño, y no le gustaba en absoluto.
Aparte del gran impacto en los medios, el éxito de la agrupación comenzó a descender tras el segundo trabajo. Dicen que nadie puede ser consagrado como estrella mundial si en Estados Unidos no se obtiene la aprobación del público. Oasis triunfó mundialmente, pero en este país únicamente se popularizó “Wonderwall” y su álbum. Incluso, había personas que sólo conocían a Oasis por este hit. Esto llevó a que Noel se frustrara cada vez más al escribir nueva música, y que las discusiones con Liam aumentaran. El caso es que el público nunca superó aquella época, por lo que la agrupación acabó cansada. Es lo que tiene crear un éxito tan sumamente conocido. Volvemos al ámbito personal del compositor, porque, a pesar de que Noel se casó con Meg en 1997, y juntos tuvieron una hija, lo cierto es que la relación no prosperó, y terminó quebrándose en 2001. A raíz del divorcio, Gallagher pasó a transmitir públicamente un significado completamente distinto para su canción. Ya no trataba de su novia, sino de un amigo imaginario que todos podríamos llegar a tener y que, si es así, nunca nos dejará solos. Independientemente de dónde viniera su inspiración, era más que evidente que el corto matrimonio no había terminado en buenos términos. Finalmente, su aborrecimiento hacia “Wonderwall” quedaría constatado cuando confesó en una entrevista estar profundamente arrepentido de escribir el tema.
Liam, como intérprete de la canción, no ha dudado tampoco en demostrar que odia “Wonderwall”. Estos últimos años, en los que ha aceptado hablar sobre Oasis; ha revelado que, cada vez que en sus conciertos alguien le pide cantar “la dichosa canción”, le entran “ganas de vomitar”. Es una afirmación un tanto fuerte para sus admiradores, entre los que me incluyo; pero resulta también lógica, dado que la ha cantado durante muchos años, además de que fue compuesta por su hermano, con el que apenas mantiene el contacto desde el día 28 de agosto de 2009, en el que, a pocos minutos de iniciar un concierto en París, Liam y Noel volvieron a discutir, y cuando el hermano menor quiso llevar la pelea a un terreno físico al coger una guitarra con intención de estallarla en la cabeza de Noel, el mayor de los Gallagher paró el enfrentamiento afirmando que dejaba el grupo. Con esto, Oasis finalizó su actividad para siempre.
No me cabe duda de que “Wonderwall” fue un paso decisivo en la historia de la música. El brit rock y el brit pop estaban en peligro de desaparecer antes de su llegada, y hoy a este género musical se le atribuye parte de la responsabilidad de que artistas británicos pudieran triunfar, a la vez que aportar ideas nuevas al panorama. En definitiva, su meteórico éxito en realidad fue beneficioso para la industria. Pensemos en que hubiera pasado si Noel hubiera dejado la banda sin escribir este hit, ¿ la música sería igual a como la conocemos hoy? Yo solo sé que en los 2000, el rock renació de sus cenizas, y muy probablemente fuera por la gran influencia que supuso Oasis. El odio a “Wonderwall” siempre será una anécdota, porque la repercusión del sencillo tiene más peso que todo lo que los hermanos Gallagher hayan dicho alguna vez sobre él.
¿Cómo podríamos trasladar esto a un ámbito más banal que el de la industria? Es simple: si todos los seres humanos tuviéramos la misma opinión sobre la música; los géneros musicales, los distintos efectos de sonido y la amplia variedad de instrumentos para manipular no existirían. Prueba de ello es que hoy del reggaeton se dice lo mismo que del rock hace cuarenta años: “ la música de antes era mejor”. Eso es precisamente lo que hay que modificar en nuestra sociedad. El arte no debe ser nunca valorado por su belleza o calidad, porque es subjetivo y acepta cualquier opinión. Por ende, ni siquiera el compositor más experimentado puede convencerte de que su obra es basura, ni tampoco una persona ajena a todo el proceso creativo. Solo la postura personal es válida. Un artista puede detestar su creación, pero nunca alejarte de tus principios. Entonces, no arrebatemos el valor a “Wonderwall” ni a lo que nos guste solamente por lo que digan otras personas.