Julio Anguita, en la memoria colectiva
Por Manuel Marrero, portavoz de Sí Podemos Canarias
Desde la inmensa tristeza por la muerte de mi amigo Julio, escribo estas líneas en su memoria, porque hoy ha pasado a formar parte de la memoria colectiva de nuestro país.
Después de una angustiosa semana, en la que nos habíamos creado las expectativas de que se recuperaría, porque sabíamos de su fortaleza de espíritu, de su coraje y de su vitalidad; hoy se apagó definitivamente ese corazón tan generoso y tan herido.
Quiero tener presente a su amplia familia, al grupo de amigos y amigas del Colectivo Prometeo, a todas las personas que le queremos, que se cuentan por miles. Un abrazo solidario.
Se nos ha ido la persona, pero ha dejado un inmenso legado de pensamiento político y social en defensa de sus ideas.
Referente ético, trabajador infatigable, brillante y vibrante orador, certero en sus análisis, reflexivo, activo y siempre actualizado sin necesidad de formar parte de las redes sociales, alejado de la notoriedad, celoso de su privacidad, persona entrañable, lleno de cariño y de ternura.
Estoy seguro de que hoy, desde su timidez y sencillez, le abrumaría el sentimiento unánime de reconocimiento a su persona y a su vida de compromiso con la clase trabajadora, con los más desfavorecidos, para conseguir una sociedad más justa e igualitaria.
Te lo has ganado, compañero, y hoy tienes que aceptarlo.
Desde el ejercicio de la profesión de maestro, pasando por ser el primer alcalde comunista de una capital de provincia -de su querida Córdoba-, la Secretaría General del PCE, la creación de IU de la que fue coordinador General, su vuelta a la enseñanza en el IES Blas Infante de Córdoba, su apoyo al 15-M y a las Marchas por la Dignidad, el impulso al Frente Cívico, su apuesta por Unidas Podemos y la creación del Colectivo Prometeo, hasta su continuado compromiso con sus escritos, conferencias y actos donde se le reclamara. Siempre fue un militante de las estrellas, líder de izquierdas, fiel a sus ideas.
Siempre activo, intelectualmente lúcido, con la palabra exacta para señalar las causas y sus posibles consecuencias, premonitorio en muchísimas ocasiones, recorrió todos los rincones de nuestro país, haciendo didáctica del pensamiento político, ejerciendo su magisterio desde la sencillez, haciendo inteligible la economía, la política, los resortes del poder a los que señalaba y denunciaba sin miedo y llamando continuamente a la necesidad del compromiso, de la militancia política y social.
Siempre insistiendo en la necesidad de organizarnos para la transformación social y la construcción, desde la base, del espíritu republicano laico para la conquista de la libertad, la igualdad y la fraternidad de las personas y de los pueblos de forma solidaria.
Y la solemne declaración de los Derechos Humanos y la Carta de la Tierra, como referencia y hoja de ruta.
Compañero y amigo, hoy es un día triste para muchos; pero nos queda tu recuerdo, tu ejemplo de vida y de compromiso y tu legado intelectual.
Hasta siempre, Julio.