De las labores de la mujer del entorno en la antigüedad
Por Gregorio Barreto Viñoly
La mujer ha tenido un papel muy importante en la sociedad, y no en vano la mitad de la población aproximadamente era y es femenina, y la otra mitad masculina.
Creo que hay que empezar por la antigüedad más remota de que se tiene algún conocimiento o noción, y si nos lanzamos a la época de los guanches, digamos que entonces la población lanzaroteño tenía establecida una sociedad matriarcal, e incluso, concretamente en Lanzarote existió la POLIANDRÍA, situación hogareña en que una mujer no estaba sujeta a atarse casándose o uniéndose con un solo hombre, ya que podía elegir hasta tres y cuatro hombres, y luego esta sociedad trajo el considerado obligado sacrificio de una gran parte de las niñas, y de algunos niños, ya que se estaba en la idea de que no se multiplicara mucho la población, y por ello ésta fue una medida que fue adoptada al fin, evitando que se elevara mucho la población de la isla.
Pero puede decirse que la mujer ha mandado más que el hombre en los hogares lanzaroteño y ello hasta hace poco, e incluso cabe hasta nuestros días, y es que la mujer ha sido considerada como persona mucho más administradora que el hombre.
Pero también hay que destacar que es bueno que se tomen referencias de la evolución de los quehaceres de la mujer en la sociedad en que vivimos, aunque sin embargo la mujer no podía obrar por su cuenta en cuestiones de papeleo y documentación legal, ya que era necesaria la firma o la autorización del marido, conocida por la Autorización o Licencia Marital, para hacer alguna operación de venta o compromiso cualquiera respecto de sus bienes, incluso los bienes heredados o propios.
También hay que tener en cuenta que la mujer de antes no tenía derecho al voto, y eso en todo el mundo, y respecto a España, digamos que tampoco podían votar las mujeres, hasta que en el año de 1931, se fructificó este derecho al voto, habiendo jugado un papel importante la política Gloria Campoamor, aparte de otros reivindicadores, que se empeñaron en su consecución y que al fin se logró.
Pero la mujer ha tenido que trabajar y luchar mucho a lo largo de los años, y vaya que han llevado de siempre las labores de la casa, en unos hogares que normalmente estaban compuestos de una familia numerosa con la pareja y un número de hijos con una media por encima de los seis, aparte de los abuelos y algunos tíos.
Nuestras mujeres antiguas, trabajaban de peonas desde siempre, y tenían que levantarse muy temprano, porque era norma para ir al campo, y algunas de ellas sufrieron acosos de los amos o dueños, que eran unos caciques, hasta el punto de que a veces aparecían algunos embarazos, con sus criaturas consecuentes.
Menos mal que los niños, desde pequeños, con 8 a 10 años, estaban concienciados, y ya ayudaban a los menesteres de los hermanos menores, a ponerles los pañales, darles el biberón, vestirlos y ayudar a la madre en lo que pudieran ser útiles.
Ante trabajos que necesitaran fuerzas, a nivel de la casa, eran los hombres los que los hacían, por su constitución física más fuerte, y los demás se los compartían, siendo el hombre el que traía el dinero a la casa, producto de su jornal.