PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Carta abierta de varias familias al responsable de la parroquia de San Ginés

 

Personas vecinas de la capital de Lanzarote nos envían la siguiente carta abierta, con el ruego de su publicación en nuestra página:

 

"Quisiéramos trasladarles lo que creemos un abuso de poder por parte del párroco de la Iglesia, porque ya no sabemos qué hacer al negarse a recibirnos. Nos han dicho que son decisiones que toma la parroquia sin argumentos alguno a nuestro entender, que creemos que la parroquia la formamos todos los cristianos. Como padres nos vemos en una situación sin empatía ni respeto hacia nuestros hijos. Desde el año 2020 las familias de la catequesis de San Ginés empezábamos con ilusión un proceso de iniciación y confirmación de nuestros niños y niñas a la vida cristiana, aunque muchos de ellos ya llevaran una trayectoria anterior, teniendo en cuenta su formación en un colegio católico.  Durante todo este tiempo, ha existido una gran implicación, adaptación a las distintas circunstancias y complicidad entre las diversas familias que conforman la catequesis, junto con las distintas catequistas y el antiguo párroco de San Ginés para ayudar a nuestros hijos e hijas en su desarrollo espiritual fructífero y alegre, tomando siempre conjuntamente las decisiones que entendíamos como mejores para su crecimiento. Así a lo largo de estos dos años de preparación en la fe cristiana, los niños y niñas han ido adquiriendo un rol cada vez más participativo dentro de la comunidad cristiana, pues deben ser ellos al fin y al cabo los verdaderos protagonistas de este encuentro con la fe que es la Primera Comunión. Por tanto, ellos han sido los encargados de subir al altar y trasladarnos la palabra de Dios con toda la ilusión del mundo en cada encuentro. Son ellos los que transitan por el camino cristiano de una manera consciente y plena. Por todo ello, no entendemos la postura que ha adoptado el nuevo párroco de San Ginés para la celebración de la primera comunión de nuestros niños y niñas el próximo día 7 de mayo, con carácter exclusivamente unilateral y sin tener en cuenta la opinión de las distintas familias. Su decisión ha sido que nuestros hijos e hijas, que deberían ser los verdaderos protagonistas de un acto tan especial para ellos, queden prácticamente relegados en sus asientos. Así, con esta postura, entiende que ellos deben quedarse sentados, sin poder leer ni cantar, ni recibir en el altar el cuerpo de Cristo. Con este acto, el párroco se convierte de facto en el verdadero protagonista y nuestros niños y niñas en meros espectadores. No queremos crear polémica con este tema, pero nos preguntamos si no son estas actitudes las que provocan que finalmente mucha gente pierda su ilusión y su entusiasmo ante una iglesia que debe ser reconocida como de toda la gente. Una institución que necesita y se sustenta en la concordia, en la ilusión y en el encuentro con la fe. Por ello le pedimos encarecidamente que reflexione si es esa la postura correcta y si es así como quiere que nuestros niños y niñas recuerden un día que debería ser tan especial para ellos. De antemano, gracias por publicarlo y por ser la voz del pueblo".

 

Comentarios (2)