Carta abierta a un amigo entrañable, Enrique Martinón
José Luis Ruiz Martínez en la actualidad es Magistrado-Juez del Juzgado de Instrucción n.º 3 de Arrecife
Quedé sorprendido y muy apenado con la noticia del fallecimiento de mi querido Amigo Enrique Martinón Armas, con el que compartí gratos momentos desde que le conocí allá por el año 89, cuando siendo presidente de la Junta Electoral de Pamplona, y figurando como objetivo en las entonces listas negras de ETA, arribé a la que considero mi casa.
Eran años difíciles en el mundo del turismo, en los que junto a César Manrique ideamos el formato de unas Jornadas Formativas encaminadas a conjugar los beneficios del Turismo con la salvaguarda del Medio Ambiente, acertada simbiosis en un Turismo Sostenible que tan exitosa ha sido y será para Lanzarote.
En esa época conocí a un emprendedor fuera de lo común, Enrique, que tras sufrir los avatares de la compañía LAC, desembarcó en la isla de Cuba, y tal vez por los designios del destino conoció a un Fidel Castro abrumado por las consecuencias del denominado "periodo especial” al que le exhibió el póker de ases "El Turismo", que a la postre salvaría o actuaría como significativo paliativo en Cuba de la tragedia económica que padecía, entre otros factores, por el embargo de EEUU.
De esta forma, y tras desplazarse con "el comandante" por toda la isla, eligió Varadero como el punto de arranque de lo que es hoy una fructífera industria turística, inaugurando los Hoteles Palmeras, Varadero y Las Américas (con un impresionante campo de golf) y posteriormente el señero Hotel Habana, e inventando el concepto del “Todo incluido" en el entonces denominado Hotel Sol Palmeras, al carecer la isla de las infraestructuras necesarias para proporcionar a los turistas servicios indispensables; modelo, no obstante, que nunca armonizó con el ideario de Enrique, siempre partidario de favorecer que la riqueza del turismo llegase a todos.
En la isla caribeña tuvo lugar una entrega de las Jornadas que creamos junto a César, a la que se desplazaron los más prestigiosos juristas y profesionales del turismo y medio ambiente de España (con una nutridísima representación canaria) y que tuvo un éxito hasta entonces desconocido en Cuba. Posteriormente nuestro conejero de raza desembarcó en la Riviera Maya y Santo Domingo, donde sin olvidar a sus islas, al abrir entre otros en Lanzarote el apartahotel Morro Mar y el emblemático Hotel Volcán Lanzarote, creó un emporio alojativo del máximo nivel, que suscitó la envidia de los grandes grupos hoteleros mundiales. Durante años cultivé una amistad tan preciada, tanto en Madrid (con ocasión de mis funciones como inspector del C.G.P.J para Canarias y Andalucía - periodo en el que elevé un informe al entonces presidente Sr Sala Sánchez proponiendo la elevación a la categoría de magistrado de los Juzgados de Arrecife. Recuerdo que al preguntarme la razón (el que también fuese Presidente del Tribunal de Cuentas y Tribunal Constitucional y mi buen amigo) de dicha propuesta le respondí "en Lanzarote no se puede venir a aprender… hay que venir muy aprendido" - , y Letrado Jefe de Formación Continua), como en Lanzarote, comiendo con él por última vez éste verano en el restaurante de Juan El Majorero , como en otras tantas ocasiones, sorprendiéndome al hacerme confidente de su último deseo, que era dejar toda su actividad en manos de sus queridos hijos Enrique y Alicia, para retirarse a descansar en su casa de La Florida. Siento sinceramente que esto no fuese posible, pero mi buen amigo, que tu buen quehacer y ejemplo de lo que son los empresarios canario , estoy seguro de que será un legado para los conciudadanos de la isla que tanto amabas y que te vio nacer.
Que descanses en paz Enrique.