Arte versus naturaleza

Andrea Bernal

“La pena va con la vida como el arte contra la naturaleza”- Vladimir Holan

¿En qué medida nos podemos aproximar a la naturaleza a través del arte? ¿Nos salva el arte?

Estas preguntas eternamente filosóficas de un pensamiento estético a través de los siglos, nos siguen acompañando.

Siempre queda vagando en la mano del hombre una mancha de pintura cuando coge un pincel. Siempre se desparrama pintura en el pensamiento del creador, y la obra acoge y recoge – si es pura- la esencia de lo que somos.

No es necesario tocar, todo lo modificamos hoy. La visión es poderosa, quizá más que nunca: El bombardeo de guerras visuales, las guerras verdaderas a las que accede nuestra retina y la modificación que realizan nuestros ojos, con su peculiar hermenéutica, ante lo que vemos. Todo es un artificio inmenso. Este artificio está cambiando el mundo de modo constante mientras la naturaleza sigue su curso.

La modificación-distorsión de la naturaleza provocada por el hombre ya no nos habla de causas aristotélicas, y su télos se refugia en un marketing hipnótico. Una incansable auto-ficción.

Todo lo que realizamos hoy como arte supone cierta alienación en red, una red en-redada a su vez en nudos-ego.

Qué lejos Platón y qué lejos la belleza…Qué lejos esa belleza que era belleza por ser verdad y por ser Bien.

Presenciamos un abuso de mostrar. ¿Mas no va acaso en esa super-abundancia del mostrar, un entramado paradójico que todo lo convierte en efímero, evitando diferenciar el verdadero arte y borrando nuestros actos internos?.

Somos conscientes, estamos perplejos. Perplejos de todo lo que sucede estos días a nuestro alrededor. Mariposas siniestras e incansables.