15 de Mayo
Andrea Bernal
Aquel 15 de mayo
el mar era quietud.
Vino el azul de las corrientes detrás de los brazos:
Una vejez inevitable.
Mas
permite que en cada arruga que dejas en mis manos,
le salga un diente a un niño
viviendo en un volcán,
en silencio,
-por ahora-
atemporal,
imaginado.