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La nueva Ley de Tráfico no soluciona el problema de los conductores reincidentes

Uno de cada tres delitos que se cometen en España es contra la Seguridad Vial

 

  • Lancelot Digital
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    La reciente aprobación de la reforma de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial que ya se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) marca el inicio de una cuenta atrás hacia el mes de marzo de 2022 para que apliquen las nuevas medidas. Aunque las modificaciones relativas a infracciones leves recogidas en el artículo 75 y los artículos 98, 99, 100, 101 y los anexos V, VI y VII, que tratan del intercambio transfronterizo de información sobre las infracciones de tráfico, ya están vigentes desde el 22 de diciembre de 2021.

     

     

    Sin embargo, ni la mera y absoluta aplicación de la Ley, ni las medidas de vigilancia y control para garantizar su cumplimiento, serán efectivas por si mismas si no se trabaja continua y reiteradamente sobre el factor humano y la modificación de conductas erróneas y reincidentes mediante módulos de concienciación y sensibilización en la fase formativa de los conductores o intervenciones específicas en los casos más graves de reincidencia en delitos viales.

     

    La Plataforma Seguridad Vial 2021-2030, quiere manifestar su preocupación debido al repunte tan importante que comienzan a darse de los siniestros de tráfico donde concretamente y mucho más en estas fechas, el alcohol, junto a la velocidad y las distracciones, se convierten en pautas reincidentes y continuas en calles y carreteras, explicando el alto número de siniestros con resultado de muertos y lesionados.

     

     

    En 2019, último año con datos consolidados que sirvan de referencia, en relación con los comportamientos de riesgo citados anteriormente, las distracciones fueron el factor concurrente más frecuente en accidentes mortales por cuarto año consecutivo (estuvieron presentes en un 28%), seguidas del consumo de alcohol (presente en un 25%) y la velocidad (presente en un 23%).

     

    De la misma manera, en vías interurbanas, los factores más citados en los informes policiales son la distracción (26%), no mantener intervalo de seguridad (19%), la velocidad inadecuada (18%), no respetar las normas de prioridad (15%) y el consumo de alcohol (11%). En los accidentes mortales, los más frecuentes son la distracción (33%), velocidad inadecuada (26%) y alcohol (25%).

     

    “Estos datos nos indican que existe una reincidencia en estos comportamientos de riesgo y que las actuales políticas y medidas siguen sin dar una respuesta eficaz al problema, por lo que quizá debamos plantearnos realizar las cosas de otra manera o intervenir de una manera más específica sobre las conductas reincidentes. No podemos aplicar los mismos programas para todos pues la etiología de los conductores reincidente es diferente” apunta José Ignacio Lijarcio, investigador del INTRAS en la Universitat de Valencia.

     

    Según el estudio realizado en 2018 por Línea Directa en colaboración con FESVIAL, en España 15 millones de conductores han confesado haber reincidido en alguna infracción grave o muy grave en dos, tres o más ocasiones en un mismo año.

     

    Estos 15 millones de conductores, que representan el 55% del censo de conductores españoles, es una cifra claramente más elevada que los 570.600 sancionados en los últimos 10 años (2009-2019) y los 45.000 conductores reincidentes detectados e identificados por la Dirección General de Tráfico que circulan cada año en las carreteras españolas.

     

    Perfil de conductor reincidente en España

     

    El perfil del reincidente vial es el de un hombre, de mediana edad, con más de 10 años de carné y mayoritariamente sancionado por exceso de velocidad.

     

    Uno de cada tres delitos que se comete en España es contra la Seguridad Vial. En 2019, por ejemplo, se dictaron más de 86.000 condenas de este tipo (un 81% del total), por conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas.

     

    Las conductas más reincidentes: Velocidad, uso del móvil y alcohol

     

    De estos 15 millones de reincidentes, 12 millones, un 43%, afirman conducir habitualmente por encima de los límites de velocidad; 7 millones (26%), reconocen no respetar la distancia de seguridad; 3,7 millones (14%), conducen hablando por el móvil, y 2,8 millones (10%), confiesan hacerlo bajo la influencia del alcohol. Sin embargo, solo el 22% de ellos reconoce haber sido sancionados alguna vez.

     

    Cerca de 220.000 conductores (0,8%) admiten circular por autovía a 200 km/h o más y 245.000 (0,9%) que lo hacen en zona urbana a una velocidad de 110 km/h o incluso por encima. Un total de 355.000 personas (1,3%) reconocen que en el último año han conducido bajo los efectos de un consumo elevado de alcohol, drogas o ambas cosas y 328.000 (1,2%) sin haberse sacado siquiera el carné.

     

    Velocidad

     

    “Es importante mantener una vigilancia de la velocidad y enseñar a los conductores cuál es el riesgo de una velocidad excesiva. Existe un exceso de confianza en el vehículo y no somos conscientes que resulta altamente difícil y complicado reaccionar a tiempo o controlar un vehículo a altas velocidades. Es pura cuestión de física más que de seguridad vial. La energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Como decía Antoine Lavoisier, padre de la química moderna, la velocidad se transforma en calor al frenar y en deformaciones tanto en nuestro cuerpo como en nuestro vehículo al colisionar”, indica la directora de AESLEME, Mar Cogollos.

     

    Según el estudio “Velocidad y riesgo de accidente” realizado por el International Transport Forum (ITF), el exceso de velocidad es el principal problema que tienen los países motorizados.

     

    “Las políticas de seguridad vial en la Unión Europea están basadas en el enfoque de Visión Cero y el Sistema Seguro. No debemos olvidar que, siguiendo este planteamiento, los organismos internacionales aconsejan que los límites de velocidad se establezcan considerando las fuerzas que el cuerpo humano puede tolerar, que en el caso del ámbito urbano no debe ser superior a los 30km/h al convivir en el mismo espacio usuarios vulnerables con vehículos motorizados. En las áreas con intersecciones y alto riesgo de colisiones laterales, la velocidad apropiada sería de 50 km/h y, en las carreteras convencionales sin separación física de carriles, para reducir el riesgo de colisiones frontales el límite recomendado debería ser de 70 km/h”, afirma Javier Llamazares, presidente de FESVIAL y cofundador de Seguridad 2021-2030

     

    Alcohol

     

    El consumo de alcohol se encuentra muy arraigado en nuestra sociedad y en muchas ocasiones se introduce en la movilidad de la ciudadanía, tanto como conductores de vehículos a motor, usuarios de vehículos de movilidad personal o peatones. Quizá es un problema sanitario antes de que de tráfico. No hablamos solo de conductores bebidos. Beben las personas que luego conducen, caminan, montan en bicicleta o ejercen una profesión de riesgo potencial para el resto de la sociedad.

     

    “Nos llama la atención y preocuparía mucho que, por ejemplo, un médico o un cirujano o un dentista nos intervengan en un quirófano bajo los efectos del alcohol o las drogas, o sin haber descansado lo suficiente, pero en cambio normalizamos esta rutina si ocurre cuando conducen…”  apunta  Luis Montoro, catedrático de Seguridad Vial

     

    Según datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, el 48,7% de las autopsias practicadas a conductores fallecidos registró resultado positivo en la prueba alcohol, drogas o psicofármacos, en el año 2020 se observa un incremento del 3,1% en el consumo de alcohol por los conductores fallecidos en accidente de tráfico con respecto al año 2019. Los datos globales con respecto a la distribución porcentual según el tipo de sustancia detectada en el total de conductores fallecidos fueron los siguientes: 31,2% positivos a alcohol, 20,1% positivos a drogas y 13,4% positivos a psicofármacos.

     

    “Debemos destacar que los conductores fallecidos con resultados positivos en alcohol arrojaron mayoritariamente una tasa de alcoholemia muy alta, igual o superior a 1,2 g/l, lo que correlaciona con grados de intoxicación muy severa. Esto nos indica que debemos realizar una aproximación muy minuciosa y específica a este tipo de conductores, que son grandes bebedores y ponen en riesgo vidas en la carretera”, apunta José Ignacio Lijarcio

     

    Distracciones

     

    “El teléfono móvil se ha introducido en nuestras vidas y actualmente resulta complicado vivir sin él. Este dispositivo también lo encontramos en el vehículo como parte de nuestro día a día y no somos capaces de percibir el peligro que tiene conducir haciendo uso del mismo, ya sea manualmente o atencionalmente, ya que miramos o conversamos sin prestar la atención necesaria al ecosistema viario. Su uso multiplica por cuatro el riesgo de sufrir un accidente y el riesgo es equiparable a la conducción con exceso de alcohol”, explica el catedrático de Seguridad Vial Montoro.

     

    “Un conductor que habla mientras conduce pierde la capacidad de mantener una velocidad constante, no guarda la distancia de seguridad suficiente con el vehículo precedente y el tiempo de reacción aumenta considerablemente, hasta en dos segundos, en función de los reflejos del conductor. Además, a mayor velocidad mayor riesgo de que una distracción provoque un accidente: a 120 km/h, en tres segundos, se recorrerá una distancia superior a la de un campo de fútbol” puntualiza Luis Montoro.

     

    “Tenemos por delante el próximo decenio de Acción marcado por Naciones Unidas para 2021-2030, que está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y su principal objetivo es reducir a la mitad el número de personas que fallecen o resultan heridas graves por un siniestro vial” concluye el presidente de honor de FESVIAL  

     

    La solución de la pandemia de las víctimas del tráfico es tarea de todos

     

    La Asamblea General de las Naciones Unidas ha proclamado la década actual como la Segunda Década de Acción para la Seguridad Vial, buscando prevenir el 50% de las muertes y traumatismos causados por el tránsito entre 2021 y 2030.

     

    A partir de septiembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, compuesta por 17 Objetivos. Dos de ellos se refieren explícitamente a la seguridad vial: 3.6. Reducción de víctimas mortales en carretera, y 11.2., Seguridad vial urbana: acceso a sistemas de transporte seguro, asequible, accesibles y sostenibles para todos… “Esta agenda requiere acciones más concretas en todas las naciones y los programas de capacitación para conductores son parte de estas soluciones tan necesarias”, apuntan desde FESVIAL

     

     “No olvidemos lo que dice la Organización Mundial de la Salud: el accidente no es accidental y por ello es evitable, como otros muchos problemas de salud. Los cursos de concienciación y sensibilización y la mejora de la formación son la mejor vacuna para frenar la siniestralidad vial, según todas las investigaciones”, insiste Luis Montoro, Catedrático de Seguridad Vial     

     

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