Una cuarentena fatal para Lanzarote
Si se mantiene esta medida para los turistas británicos, la isla podría perder el 50% de las reservas
La mañana de este lunes ha sido una jornada frenética de llamadas. El sector turístico está trabajando a destajo para que el Reino Unido cree un pasillo seguro entre este país y Canarias y Baleares, de tal manera que no se le imponga, a los visitantes, una cuarentena al llegar a su país tras las vacaciones.
“En principio, a partir de una iniciativa del Gobierno de Canarias, a través del Gobierno central, se está hablando con el Gobierno británico para que eximan de esa cuarentena, tanto a Baleares como a Canarias”, explica Francisco Martínez, portavoz de Asolan. “Me consta que TUI está en medio de estas conversaciones con el Gobierno británico y lo único que esperan es que, por coherencia, reaccionen. Es evidente que el Gobierno británico se pasó de frenada con esta normativa porque en Canarias no tenemos nada que ver con lo que ocurre en la península. Lo bueno es que todas las líneas mantienen sus vuelos y esperemos que levantemos un poco la cabeza”.
Ya se ha perdido un 20 por ciento de las reservas pero esta cifra podría subir hasta el 50 0 60% si se mantuviera la cuarentena.
“A pesar de que no estábamos en tiempos boyantes, perderíamos un 50 o un 60 por ciento de las reservas hechas. Tenemos la esperanza de que se levante pronto esa cuarentena para Canarias. Ahora mismo manejamos un 20 por ciento de la cancelación de las reservas pero que se pueden recuperar si se levanta la cuarentena”.
La pregunta es saber que harán los hoteles de la isla que iban a abrir el 1 de agosto si se mantiene la cuarentena.
“Hemos hablado con varios y se lo están pensando de momento, esperemos que en estos próximos días se aclare la situación”.
Por otro lado, destacar la situación paradójica que se ha dado en Lanzarote. Y es que el secretario de Estado para Londres, Paul Scully, se encuentra en Playa Blanca disfrutando de sus vacaciones, de hecho, subía a instagram fotos en Playa Dorada y disfrutando de unas cervezas en una terraza. La pregunta es: ¿deberá Paul Scully realizar cuarentena a su llegada?