Los Centros Turísticos “se desbordan" en verano
Se buscan alternativas para evitar que la calidad de la visita empeore y perjudique a la imagen turística de Lanzarote
La calidad de la visita en los Centros Turísticos preocupa al sector turístico especialmente de cara a los meses de verano. Creen que no se pueden reproducir las escenas de la última Semana Santa en la que se formaron colas de más de una hora en la entrada de las Montañas del Fuego o en la Cueva de los Verdes. La dirección política de los CACTs es consciente del problema y busca soluciones y alternativas.
El último verano y la pasada Semana Santa dejó imágenes para el olvido. Colas interminables para poder aparcar en las Montañas del Fuego, aglomeraciones en la Cueva de los Verdes y visitas masificadas que hicieron que se multiplicaran las críticas. Los turistas volvían a sus hoteles, que sí cumplían con los estándares de calidad prometidos, y protestaban por todos los problemas que se habían encontrado. El sector turístico saltó de inmediato, Lanzarote, un destino que aspira a ser Premium, no puede permitirse fallos así. La conclusión fue unánime: es hora de plantearse muy en serio la capacidad de carga de los CACTs y de buscar soluciones para que la visita a los mismos siempre sea placentera.
Por fortuna, pocas son las voces que no están de acuerdo con esta realidad, en lo que no coinciden tanto es en las posibles soluciones a esta cuestión. Mientras unos apuestan por aumentar los horarios de apertura de los centros, el Cabildo de Lanzarote, ni se lo plantea y busca otras soluciones alternativas.
En este sentido, el consejero responsable de los Centros Turísticos, Benjamín Perdomo, lo tiene muy claro. "Hace tiempo que se rebasó la capacidad de carga de los Centros Turísticos. Hubo quienes antepusieron contar personas y euros a trabajar para mejorar la experiencia de visita en la obra de César Manrique. Nuestro modelo de gestión apuesta por todo lo contrario, por el menos es más, por la calidad y no por la cantidad, por hacer que cada visitante se sienta protagonista y se lleve un recuerdo exclusivo de su paso por los Centros Turísticos y no un eslabón más de una cadena de facturación", asegura. "En este sentido, estamos dando respuestas a las demandas y necesidades de un nuevo turista surgido tras la pandemia que busca experiencias inmersivas, diferenciales y que le hagan sentir único. Esto nos permite, al mismo tiempo, reducir el impacto del ser humano y, por tanto, preservar el estado y la estética de los Centros Turísticos".
En cuanto a las medidas que se deben poner en marcha para evitar las aglomeraciones, señala que "la puesta en marcha de la venta de las entradas de visita a los Centros Turísticos online nos permitirá, en un futuro próximo, redireccionar y distribuir los flujos de visitantes hacia distintas franjas horarias a lo largo del día. Es una medida con la que salen ganando la Entidad, que podrá garantizar una respuesta apropiada a las demandas del visitante, y el propio visitante, que podrá disfrutar de una experiencia creada casi en exclusiva para él", afirma. "Estamos trabajando con la convicción de que la visita no solo no perderá calidad sino que la ganará. El turista podrá disfrutar de un espacio único, pero con menos gente alrededor, con menos ruido. Eso le permitirá interactuar en primera persona con la obra de Manrique, disfrutar del arte, de la estética, de la gastronomía... detenerse a escuchar el silencio sin esperas y sin las molestias que se generan cuando hay una mayor carga de turistas".
Perdomo descarta de plano la posibilidad de ampliar los horarios de visita a los Centros. "No hemos barajado nunca esa medida. Por un lado, porque supondría una mayor carga de trabajo para una plantilla de profesionales que ya está trabajando a pleno rendimiento, y por el otro, porque si recurres a personal externo mediante empresas de trabajo temporal se disparan los costes para las arcas de la Entidad. Estamos convencidos de que la solución pasa por la entrada escalonada de visitantes gracias a la venta de entradas online, una iniciativa que va a cambiar para siempre la imagen de los Centros Turísticos".
La calidad de la visita es una de las claves y Perdomo asegura que se mantendrán. ¿Cómo? "Pues vamos a seguir apostando por el sector primario de la isla como no se ha hecho nunca en la historia de la Entidad para conformar una propuesta gastronómica que presume de identidad y que es fiel exponente de las recetas de la cocina tradicional de Lanzarote. Manteniendo y reforzando nuestras experiencias Insólitas que permiten al visitante descubrir "en exclusiva" algunos de los secretos mejor guardados de la obra de César Manrique y algunos rincones alejados de las rutas de visita habitual. Seguimos trabajando no solo para preservar sino para mejorar la calidad de la visita a los Centros Turísticos".
No hay control
Por su parte, Samuel Martín, representante del Grupo Nacionalista en el Consejo de Administración de los CACT, apunta que "no es que se haya llegado al límite de la capacidad de carga, es que no existe un control sobre la cantidad de visitantes que cada centro puede soportar diariamente. Los CACT son la joya de la corona de Lanzarote y no se están cuidando ni valorando como se debería hacer. Cada visitante que llega a nuestra isla por primera vez tiene los centros en el top de visitas obligadas, lógicamente, y eso no podemos descuidarlo, pero sí controlarlo, tanto para que el turista no tenga la sensación de no poder disfrutar plenamente de cada una de nuestras joyas por culpa de la masificación, como para evitar que cada uno de los espacios recogidos en la Red de Centros sufran un deterioro que luego tengamos que lamentar", asegura.
Martín añade que "son muchos los destinos turísticos que tienen controlado el número de personas que pueden visitar diariamente determinados espacios, y Lanzarote, siendo Reserva de la Biosfera, no debe ni puede ser una excepción. Si queremos preservar nuestro entorno y la calidad de la visita, deberíamos, por ejemplo, establecer un número determinado de visitas por centro y día. Que funcionen bajo reserva, como en tantas otras partes del territorio peninsular y otros. Es una forma de controlar que la gente no se amontone. Controlas el número de visitantes, la calidad de la visita sin aglomeraciones y el cuidado del entorno".
Para el nacionalista la pérdida de calidad puede ser un hecho. "Si esto sigue así, desde luego que se pierde calidad. No podemos meter turistas en los centros como si estuviéramos haciendo churros, obligándolos a seguir su camino sin poder detenerse a hacer una foto porque viene otro grupo detrás. No, en Lanzarote nos hemos caracterizado siempre por ofrecer una alternativa turística sostenible y de calidad. No se trata de aprovechar al máximo cada día para que entre el mayor número de personas y poder recaudar más. Así no vamos a conseguir nada salvo una pérdida de calidad y de imagen. Los Centros no son para un turismo de masas. Todo el mundo puede disfrutar de ellos, sí, pero de una forma ordenada y controlada. Si hablamos de otros inconvenientes, solo hay que ir a ver los comentarios que dejan nuestros visitantes sobre la calidad del servicio y de los productos que se ofrecen. Y la culpa no es de los trabajadores, que quede claro, la culpa es del rumbo y la dirección que los CACT, al igual que el resto de la Isla, ha tomado desde que el PSOE se hizo cargo hace tres años", señala. "Ampliar horarios puede ser una opción, pero si lo hacemos y se sigue sin controlar el número de entradas diarias, estamos en las mismas".
Para asegurar la calidad de la visita, hay que dar los pasos adecuados, señala. "Da la sensación de que desde la dirección de los CACT se han lanzado a intentar recuperar los ingresos perdidos durante la época de pandemia. Sin importar el cómo, subiendo los precios de los productos en la restauración, pero sacrificando la calidad de los mismos... Un desastre".
Evitar las horas punta
En el caso del consejero del Partido Popular en el Cabildo de Lanzarote, Jacobo Medina, tiene claro que "obviamente la capacidad de los centros es la que es, y en los meses de más afluencia turística a la isla lógicamente se produce un incremento de las visitas a los centros porque, afortunadamente, son el mejor reclamo que tiene Lanzarote de cara al exterior desde el punto de vista de la singularidad y la diferenciación. Las aglomeraciones de vehículos es quizás lo que más se visibiliza, pero ni todos sufren la misma saturación ni a todos les afecta igual. Al fin y al cabo, es el propio espacio disponible el que pone los límites. No podemos perder de vista que la forma de viajar tras la pandemia ha cambiado y que debemos estar atentos y adaptarnos a la nueva demanda", señala.
En relación a las medidas que se pueden activar para solucionar el problema de las aglomeraciones, señala que hay que "conseguir espaciar las visitas en el tiempo y también a lo largo de toda la jornada poniendo en marcha medidas que compensen y aporten algún aliciente extra para captar visitantes en los márgenes horarios menos demandados. Dentro de los precios establecidos se podrían aplicar, por ejemplo, descuentos especiales para visitar los centros a determinadas horas cuando precisamente va mucho menos gente y que ejerzan una función disuasoria con respecto a las horas punta donde se concentran más visitantes. Eso habría que unirlo a una potenciación de las compras y reservas por vía telemática, que es al fin y al cabo un sistema que se está imponiendo con fuerza ante un turista tras la época post COVID quiere viajes más individualizados, por ejemplo. Y sin duda otra de las medidas a estudiar debería ser la ampliación del propio horario de apertura de los centros porque en verano es cierto que las horas de luz son más y pueden aprovecharse también. Con independencia de que incluso podrían constituir un aliciente extra más porque no es lo mismo ver las Montañas del Fuego por la mañana que verlo al atardecer, cuando va a yendo el sol, cuando la luz y las tonalidades son totalmente diferentes. Pues todo ello son cosas que se pueden ir explorando y probando como experiencias diferenciadas ante los ojos de quienes nos visitan", explica.
Estas medidas, para Medina no deben afectar a la calidad de la visita. De hecho, apunta que si "la línea es captar turismo de calidad premium, la oferta tiene que estar al mismo nivel. Hay una cosa muy clara: el techo turístico de Lanzarote viene marcado por el número de camas que conforma actualmente la oferta alojativa de la isla y esas son las cifras con las que debemos jugar y hacer la planificación. Cuando uno viaja en temporada alta a algún destino intuye lo que se va a encontrar, pero dentro de eso, los centros turísticos deben marcar siempre una diferencia y si se distribuyen los turistas de forma adecuada, en coordinación con establecimientos alojativos y agencias de viajes, no tendríamos por qué perder calidad. La clave está en optimizar la distribución horaria", y añade, que no obstante no puede ser la única medida. "Si sólo ampliamos horarios dudo mucho que pueda hablarse de solución definitiva. Por eso es importante que se hable con el sector para intentar que las excursiones en grupos puedan planificarse y pasar por horarios, por ejemplo, porque lo que necesitamos es distribuir a los turistas que quieren ver los centros".
El popular cree que es imprescindible tener claro que "la calidad en los Centros de Arte, Cultura y Turismo comienza desde el mismo momento en el que se saca una entrada ya sea por internet o en la misma puerta. Desde ese momento, el visitante ya debe percibir, debe sentir, que está en un espacio único y que en cierta forma es un privilegio poder visitarlo, poder verlo y disfrutar con él. El estado de las instalaciones debe ser impecable, la formación de personal, el trato con el cliente, los servicios que se dan. Todo forma parte de la experiencia de estar en un lugar espectacular, único e irrepetible".
Tampoco está de acuerdo el nuevo presidente de la Cámara de Comercio y presidente del Círculo de Empresarios de Lanzarote, José Valles, que señaló a Lancelot Medios que Lanzarote tiene que hacer una reflexión sobre la capacidad de carga de la isla porque ya hay muchos servicios e infraestructuras públicas tensionadas. Y puso el ejemplo de Centros Turísticos de Lanzarote donde no se está dando la mejor imagen al visitante por la sobrecarga en algunas fechas como el verano, Navidades o Semana Santa. "El turista debe disfrutar de la isla, ¿por qué ahora hay más colas en los centros? Porque hay más venta directa", explica.
Y, ¿Qué ocurre con otras zonas como Famara o Papagayo?
Al llegar el verano la capacidad de carga de lugares tan idílicos como la Playa de Famara o la de Papagayo se pone también en riesgo. Las colas interminables para acceder a ambas y la imagen de coches aparcados por lugares indebidos empeoran notablemente la calidad de la visita. Es preciso buscar soluciones también a esta situación.
Jacobo Medina: "El límite lo marca el espacio físico"
"Con Famara "pasa un poco igual con lo que hablábamos de las colas de coches en Timanfaya, las limitaciones se hacen de forma natural y por el propio espacio. Físico. Y una cosa debemos de tener clara, el turismo después de la pandemia ha modificado hábitos, bajan el número de pernoctaciones, rehúye de las aglomeraciones, es más individual y busca sobre todo comodidad", señala. "Pues en Famara sería ver en qué áreas se pueden aparcar, en cuales no, porque si por mucho que quiera ir un turista a Famara, cuando va no encuentra aparcamiento, se irá y volverá en otro momento. En el caso de Papagayo, "igual que el límite de la isla lo marca el número de camas, el límite en lugares como Famara o Papagayo lo marca el espacio físico".
Samuel Martín: "En Famara y Papagayo hay que buscar fórmulas adecuadas"
"Lo de Famara empieza a ser también realmente preocupante y hay que buscar la fórmula adecuada. Es otro de nuestros grandes parajes naturales y ahora mismo hay un descontrol importante. Los coches se meten prácticamente dentro de las dunas, la basura se acumula y la conciencia medioambiental para cuidar un espacio tan frágil es esta parte importante del Parque Natural del Archipiélago Chinijo, brilla por su ausencia. Se ha hablado mucho de lo que se podía hacer: habilitar un aparcamiento en las afueras, determinar un cupo y una franja horaria para quienes practiquen deportes u otra actividad que requieran de la utilización de medios de transporte por los caminos o pistas, habilitar zonas controladas de acampadas... La cuestión es preguntar directamente al Cabildo por qué no se encarga de estos problemas, que son los reales. En cuanto a Papagayo, estamos en lo mismo, hace falta voluntad por parte de los dirigentes de gobierno insular para que nuestros territorios tan frágiles, puedan ser disfrutados por nuestros visitantes sin que sufran ningún tipo de deterioro. Ordenar y controlar la capacidad de carga de cada uno de nuestros espacios, repito, no es algo descabellado. En muchos otros lugares ya se hace y la gente se adapta".