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En junio se cumplía un año desde que el grupo formado por el Psoe y el PP y dirigido por Dolores Corujo llegara al Cabildo. Existían grandes expectativas con respecto a este gobierno, que llegaba tras casi una década de gobierno nacionalista con Pedro San Ginés a la cabeza. Lo cierto es que el listón había quedado muy alto. A pesar de que el nacionalista nunca tuvo mayorías sólidas y que tuvo que compartir gobierno con el PP y con el Psoe, lo cierto es que supo atacar de frente los problemas que se encontró nada más llegar. Solucionó carencias y mejoró la isla, aunque su gestión, con sus luces y sus sombras, ya es pasado para todos, menos para el equipo de Dolores Corujo que, en lugar de marcar con su impronta el nuevo Lanzarote, se ha dedicado a destruir, menospreciar y castigar toda la gestión de los 10 años de San Ginés. Crean que nos gustaría dar a Dolores Corujo un notable alto a su gestión en estos doce últimos meses frente al Cabildo, pero falsearíamos la realidad. Corujo tiene arrojo, mimbres y dialéctica para ser la presidenta que necesitaba una isla pujante para afrontar los muchos deberes por realizar. Por desgracia no ha sido así. Ha puesto por delante la ideología a los problemas reales de Lanzarote con anuencia de un PP silente en el Cabildo, sin liderazgo político alguno, dejándose mecer plácidamente por las manos del Psoe más sectario. No ha querido coger lo mejor de la gestión anterior, mantenerlo y mejorarlo. Más bien, lo contrario.
La cosa ya empezó mal con el secuestro del libro de Fernando Castro sobre César Manrique, siguió empeorando con la retirada de las estatuas de los Jinetes del Apocalipsis de Jason deCaires, y se remató del todo con el anuncio del cierre del Museo del Atlántico, que finalmente no se cierra, ante el alud de críticas, pero se saca de la red de los Cacts… Un favor muy caro que se le hace a la FCM que, al final, parece que es la que manda en esta isla a través de los votos del Psoe.
Se han entretenido más en descalificar todo lo hecho y no se han concentrado en lo importante. Y en eso llegó la pandemia sanitaria del Covid-19 a ocuparlo todo. Cierto es que la gestión de la crisis sanitaria y social ha sido buena. No se discute y ahí están los resultados positivos. Un notable alto, pero poco más se puede destacar de un grupo de gobierno que nada dice del Plan Insular, de las grandes obras de infraestructuras que necesita la isla como agua de mayo, ninguna concreción del desdoblamiento de la carretera de Playa Honda, o sobre las mejoras de la carretera del sur, a un paso de que esté listo el puerto de Playa Blanca…. Díganos una obra de calado, no que se haya comenzado en la época de Dolores Corujo (no somos tan exigentes), sino que se haya proyectado. Respuesta: ninguna.
Una pena, Corujo prometía y había despertado mucha ilusión no sólo entre los suyos sino en el resto de la ciudadanía. Sinceramente, muchos esperábamos más de la nueva presidenta del Cabildo en su primer año de gestión. Todavía le quedan tres. Esperamos que sean mejores para Lanzarote.