Un doloroso tirón de orejas al Cabildo y a la Fundación
El tirón de oreja, por no decir varapalo, que la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), Sección Segunda, ha dado a la Fundación César Manrique y al Cabildo de Lanzarote, por recurrir la licencia de construcción al Natura Palace de Playa Blanca, dentro del proceso de regularización de la situación de la mayoría de los hoteles con licencias anuladas, demuestra a las claras las malas mañas utilizadas por esas dos instituciones, una privada y otra pública, para enmarañar aún más la situación urbanística de la isla y, por ende, seguir engordando la cuenta corriente de determinados, y glotones, despachos bajo la excusa de la defensa de lo público.
Les pareció poco el lío en el que se metió a Lanzarote por una “Moratoria Turística” parcial, a destiempo, precipitada y anulada finalmente en los Tribunales de Justicia, que no condujo a nada, más allá de apropiarse indebidamente de un pretendido discurso de sostenibilidad, que a la postre el ciudadano de pie ha comprobado con el tiempo que se quedó en nada. Los hoteles del sur, por suerte, siguen en pie, creando empleo y riqueza, y, sobre todo, su construcción provocó un salto cualitativo en la planta alojativa existente hasta entonces en la isla.
De ahí que resulte lamentable, y así lo dan a entender los propios tribunales de Justicia, que el Cabildo y la FCM sigan enredando en las licencias que ya han cumplido con los requisitos exigidos por el nuevo planeamiento urbanístico municipal, y que se han dado por cerrado en los tribunales.
En su auto, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias da por buenas las actuaciones de los técnicos municipales, y elogian su trabajo por su minuciosidad y precisión a la hora de la aportación de la documentación técnica, y por todo el proyecto de legalización aportado por la propiedad del Natura Palace para su regularización urbanística. La Justicia, en palabras del propio alcalde de Yaiza, Óscar Noda, viene a recordar que no se pueden eternizar los problemas urbanísticos, como desgraciadamente pretenden el Cabildo y la propia Fundación.
Es una pena que la presidenta del Cabildo, Dolores Corujo, a pesar de que muchos sectores esperaban verla alejarse del ruido que vivió Lanzarote en la primera década del 2000 a cuenta de los hoteles del sur, haya optado por continuar con la estrategia viejuna de meter palos en la rueda de ciertos hoteles, no de todos como le reprocha la Sala de lo Contencioso Administrativo.
En este “guerracivilismo” se perdieron muchos esfuerzos. Si el tiempo que se dedicó a “tirar hoteles” (que nunca se tiraron), se hubiera empleado en exigir infraestructuras sanitarias, de carreteras, educativas o culturales (hay que recordar que todavía carecemos de un Auditorio) y, en general, de luchar por mejorar la isla, hoy Lanzarote sería una isla premium de verdad. Es hora de apelar a la cordura y de buscar soluciones a los problemas, y no al contrario. Nos gustaría pensar que este tirón de orejas de los tribunales sirviera para que el Cabildo reflexionara y dejara al Ayuntamiento de Yaiza, bajo la supervisión de la Justicia, a arreglar el entuerto urbanístico que no es poco, pero por desgracia dudamos muchos que lo haga con una Dolores Corujo aleccionada por el ala dura (la que manda) de cuánto peor, mejor para el Psoe. De la FCM no esperamos nada, sino más pleitos. Lo menos que necesita Lanzarote para progresar.