Soluciones a la vivienda en tiempo de elecciones
Dice ahora la presidenta del Cabildo de Lanzarote, María Dolores Corujo, que ella, si la ciudadanía vuelve a depositar en el PSOE su confianza, va a solucionar el problema de la vivienda en la isla. Al margen del hecho de que en época electoral todos los políticos prometen todo lo que haga falta, a sabiendas de que a la postre nadie les va a pedir cuentas (de todos es sabido que los españoles tenemos muy mala memoria), la pregunta es ¿Cómo? Pues haciendo viviendas como si no hubiera un mañana, eso mismo ha prometido su presidente, Pedro Sánchez, y metiendo mano a la vivienda de alquiler vacacional que parece ser que ahora es el mayor de los males de la isla. Nada se dice, sin embargo, del crecimiento poblacional de Lanzarote sin que sus infraestructuras se hayan adecuado a la actual población. Ni las viviendas, ni los hospitales, ni los centros educativos, ni mucho menos las carreteras. De eso no comentamos nada, porque para qué… Nada se dice de la inseguridad jurídica existente en la actualidad en que el propietario de una vivienda, que se ha deslomado para pagarla trabajando y privándose de otros lujos, tiene todas las de perder si en un alquiler normal el inquilino le sale “rana” y le da por no pagar y meterse a okupa. Y es que, si ya el Gobierno ponía por delante a los okupas, ahora con la nueva Ley de Vivienda la desprotección que sienten los propietarios es aún mayor.
No estamos hablando de demagogia condicionada. Hablamos de datos. De las viviendas que posee el SAREB (Banco Malo), unas 6.000 están ocupadas, según informe la propia entidad, de las que 2.500 lo están por personas sin recursos, a las que lógicamente la Ley debe proteger, pero otras 3.500 lo están por personas que sí tienen recursos. Es decir, por parejas que trabajan, en algunos casos los dos, pero prefieren gastar el dinero del alquiler o la hipoteca en otras cosas.
No se entiende. Se puede comprender que el Gobierno legisle para proteger a aquellos que pagando un alquiler o una hipoteca pasen un mal momento y necesiten una demora en sus pagos. Para ellos debe haber ayudas gubernamentales, pero no se comprende que las haya para quienes tienen muy claro que no van a gastar su dinero en vivienda pudiendo ocupar la casa de otro.
Así las cosas, parece comprensible que muchos ciudadanos hayan optado por el alquiler vacacional: se sienten más protegidos. Otra cosa sería que el Gobierno cambiara la Ley y protegiera a los propietarios incentivando el alquiler asumible para todos los ciudadanos.
En cualquier caso, es comprensible que la ciudadanía no acabe de creerse la promesa de Corujo, ya que en cuatro años no se ha hecho en la isla ni una sola vivienda, a pesar de las promesas realizadas desde el Cabildo de Lanzarote y también desde el Gobierno de Canarias. Repetimos, prometer es fácil y de memoria no andamos muy allá.
Está claro que Lanzarote tiene un problema con la vivienda, pero igual hay que sentarse a analizar un poco más la situación antes de agarrarse a la solución demagógica que da más votos, pero, todos lo sabemos, no va a solucionar ningún problema. Si acaso, lo que hará será crear otros nuevos.