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Patrimonio: tiro por la culata

 

  • Lancelot Digital
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    Parece que la estrategia urdida por el Cabildo de Lanzarote de tratar de echar a las fieras al grupo de gobierno de Arrecife, compuesto por PP y CC, y especialmente a su alcaldesa, Ástrid Pérez, no le está saliendo demasiado bien. Se podría decir, incluso, que se le ha vuelto en contra en el asunto del cuidado del patrimonio de la ciudad.

     

    La táctica de dar a entender que es la alcaldesa capitalina la que está tratando de acabar de cargarse el escaso y ruinoso patrimonio que queda en el centro de Arrecife, no ha calado en la población. Más bien, la ciudadanía considera que el Cabildo de Lanzarote, con su unidad de Patrimonio al frente, ha errado al incoar expedientes de BIC a tres edificios, y a sus zonas de influencia que, más allá de tener ciertos valores patrimoniales, no llegan en ningún caso a poder ser considerados Bienes de Interés Cultural y todo lo que esto implica.

     

    Un organismo del Gobierno de Canarias tan relevante como Gesplan, a preguntas del Ayuntamiento de Arrecife, señaló lo que ya decía el sentido común: que el Mercadillo, el Hotel Oriental y el antiguo comercio Tamaragua tendrán valores a conservar, pero por ello no está justificado elevarlo a Bienes de Interes Cultural.

     

    Por el contrario, el discurso del PP y de CC sí ha calado entre la ciudadanía. Ellos señalan que la política que está aplicando el Cabildo, más que ayudar a mantener el Patrimonio, va a conseguir que se caiga lo poco que queda. No sólo eso, además va a espantar a cualquier posible promotor que se estuviera planteando adquirir casas viejas de la zona para restaurarlas y modernizarlas. Los arrecifeños están viendo que el patrimonio de su ciudad está cada vez en peores condiciones y que, salvar lo poco que queda, tiene más de romanticismo que de negocio. De ahí que entiendan que más que obstáculos hay que ponerles alfombras rojas a aquellos promotores dispuestos a invertir en casas viejas de escasos valores culturales, arquitectónicos e históricos.

     

    Aunque el Cabildo ha tratado de restar importancia al informe de Gesplan, este es compartido sin embargo por muchos arquitectos y urbanistas de la isla. No en vano para que un inmueble sea declarado BIC debe tener unos valores singulares que lo hagan único y son esos valores los que exigen que sea protegido.

     

    Lo importante es saber para qué el Cabildo quiere declarar BIC esos tres edificios de la calle Real. ¿Para qué se sigan deteriorando? ¿Para que nadie intente salvarlo con actuaciones inteligentes mezclando lo nuevo con lo antiguo, como es la intervención que pretende, por ejemplo, los promotores del Mercadillo?

     

    Resulta ridículo que el PSOE quiera aparecer en esta historia como el gran valedor y defensor del Patrimonio de Arrecife cuando han sido ellos los que han estado más años en la Alcaldía o participando en el Grupo de Gobierno de la ciudad. Más absurdo resulta todo aún si se echa un vistazo a los bienes públicos de la ciudad: el Puente de las Bolas, la Plaza de la Iglesia de San Ginés, la Casa de los Arroyo o La Mareta, cuyo mantenimiento es como poco cuestionable, por no decir vergonzoso.

     

    Ese empeño del PSOE de complicar la "salvación" de la Calle Real huele a cuerno quemado. A una venganza del equipo de Dolores Corujo contra el PP por haber "echado" a los concejales socialistas de Arrecife. Esperemos que sólo sea una impresión porque sería de una frivolidad tremenda jugar con el presente y futuro de una ciudad muchos años castigada por la estupidez y los malos políticos.

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