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Otra forma de hacer política más sosegada es posible

 

  • Lancelot Digital
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    Lanzarote, al igual que el resto del territorio nacional, ha vivido los últimos lustros envuelto en una radicalización ideológica que en resumidas cuentas ha perjudicado al ciudadano de a pie. La polarización de la sociedad es cada vez mayor, en casi todas las esferas vitales, y es complicado encontrar figuras que ayuden a templar las cosas. La clase política, como una minoritaria representación de la sociedad, ha favorecido a que este enfrentamiento sea más encarnizado y desagradable; consiguiendo fractura casi total entre dos Españas que hacen recordar tiempos grises y funestos en España.

     

    En Lanzarote, esta circunstancia también se ha dado y continúa produciéndose. Por ese motivo, y en una declaración de intenciones democráticas del presidente del Cabildo de Lanzarote; Oswaldo Betancort ha trasladado a los consejeros que conforman la máxima institución insular que entierren el hacha de guerra para conseguir una gestión política de más nivel que sepa afrontar con madurez los problemas reales que afectan y preocupan al lanzaroteño. Ese mensaje sosegado para evitar la política "de retrovisor" lo lanzó nada más levantar el bastón de mando en el Cabildo, pero incluso en las últimas fechas ha hecho más hincapié en el asunto; y es que lejos de tratarse de una actuación menor, se trata de de un pilar fundamental sobre el que cimentar cualquier actuación de futuro, ya sea en materia de agua, de vivienda o de gestión del turismo.

     

    Betancort pide una oposición responsable y propositiva que no se dedique única y exclusivamente a destruir cualquier pequeño avance que objetivamente, colores políticos a parte, sea bueno para Lanzarote, como la elaboración del borrador del PIOT, la aprobación de la Emergencia Hídrica o cualquier otro punto que sirva, en definitiva para mejorar como isla.

     

    Quizá sea utópico pensar que esto pudiera ocurrir porque lo cierto es que el PSOE de Dolores Corujo ha destacado principalmente por un "revanchismo" absoluto, pero por lo menos la intención moderada de Betancort es un gran paso. Lanzarote se merece unos políticos de altura que gestionen y mejoren la vida de los contribuyentes y, por supuesto, una oposición que fiscalice cada paso que se dé. 

     

    Es un menester complicado, nada sencillo, que de hecho es difícil ver en España y en el engranaje político del siglo XXI. Pero; ¿y si Lanzarote fuese un pequeño espejo para el mundo que demostrara que otra forma de hacer política es posible? 

     

     

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