No a la ecotasa
Un reciente reportaje del periódico La Razón, titulado “El Paraíso está muy cerca”, es el mejor exponente para demostrar que Lanzarote, lejos de ser un territorio arrasado por la especulación sin medida como algunos tótem del falso ecologismo henchidos de sí mismos pretenden hacer creer, sigue cautivando y siendo una de las islas más atractivas y sugerentes para los foráneos. El artículo, además de incidir en la idoneidad de la isla para la práctica del deporte, la combinación arte-naturaleza y la oferta gastronómica, asegura literalmente que “Lanzarote es uno de esos lugares que no dejan indiferente a nadie. Su asombrosa naturaleza, sus increíbles paisajes, sus espectaculares playas, sus arraigadas costumbres, su cocina y sobre todo el respeto por el entorno que se respira en esta isla, hacen de Lanzarote el destino ideal para disfrutar y volver a repetir sin dejar de sorprenderse”. Un artículo muy lejos de los mensajes dirigidos por supuestos dioses del ecologismo que se empeñan en repetir hasta la saciedad el deterioro medioambiental que ha sufrido la isla gracias a una inventada e inexistente voracidad especulativa del empresariado lanzaroteño. Una mentira tan grande como el daño que se hace con portadas teledirigidas a cuatro columnas en las que intencionadamente se comparaba a Lanzarote con Marbella, tratando de desprestigiar a una isla donde la corrupción, ni de lejos, tiene nada que ver con la ciudad andaluza.
Mucho pseudoecologista y mucho pseudogurú turístico, como también acertadamente exponía hace unos días Jorge Marichal, el presidente de Ashotel (Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro), mostrando su total rechazo a la denominada ecotasa turística. En un contundente artículo de opinión, Marichal hablaba de estos falsos expertos que “quieren pasar por encima de los demás pisoteando al resto o pretendiendo sentar cátedra con propuestas descabelladas, aun a pesar de no tener ni idea de lo que hablan”. El artículo se lo dedica a todos esos pseudogurús turísticos “que en las últimas semanas ocupan portadas y artículos de opinión en periódicos y pululan por tertulias y entrevistas radiofónicas con la solución a todos los males que, supuestamente, genera el sector turístico canario, o que generamos las “malas personas” que trabajamos en él”. “Algunos de estos nuevos profetas turísticos - asegura- tienen incluso algún puesto representativo, lo que parece que da cierta áurea de credibilidad a sus declaraciones. Resulta curioso que estas recetas las den quienes nunca han trabajado en turismo o hayan gestionado una empresa, pero ya se sabe: consejos vendo que para mí no tengo”. Más claro el agua. La ecotasa sólo supondría un freno para la mejora de la competitividad del turismo en Canarias, lo que la hace no sólo innecesaria, sino que sería añadir un obstáculo más que no beneficiaría en nada a las islas. O sea, más palos en la rueda para un sector que ya soporta demasiadas cargas impositivas y demasiados costes. La solución no está en demonizar a un sector que no necesita de gurús que opinen, sino que lo único que necesita es que no le pongan más palos en la rueda para poder generar riqueza y empleo. De hecho, Marichal asegura en el mencionado artículo que ya han asumido una ecotasa con el fin de incrementar la recaudación y que revierta en el propio sector, concretamente en aspectos medioambientales que redunden en la actividad turística. Dicha tasa se materializó en el incremento en un 40% del IGIC, que pasó del 5 al 7 %, una mayor imposición que, dicho sea de paso, no se ha destinado a mejora medioambiental alguna. Pero ya se sabe, en esto, como en tantas otras facetas de la vida, y como dice el dicho, hay mucho “maestro liendre, que de todo sabe y de nada entiende”.