Lanzarote, el destino con el que el turismo sigue soñando
Lanzarote acude este mes de enero a FITUR con los deberes hechos. El sector turístico ha logrado recuperarse en 2022, tras una durísima pandemia que dejó la isla durante meses en un trágico cero turístico. Durante el año que acaba de finalizar, tanto la ocupación, que rozó en periodos como el navideño, una media del 90%, como la inversión, alcanzaron los niveles de 2019. Cada vez vienen turistas más exigentes y gastan más en el destino, tanto el conocer todos sus rincones, como en su oferta cultural, lúdica, deportiva y gastronómica.
En esta recuperación ha sido fundamental el papel del turismo nacional, que este verano consiguió equilibrar la balanza, a pesar de todos los temores generados por un posible repunte del covid y, posteriormente, por la inflación y la guerra de Ucrania. Los turistas peninsulares no han dejado de venir. Justo por eso es tan relevante la presencia de la isla en la Feria Internacional de Turismo de Madrid, para afianzar a los turistas que ya nos conocen y repiten destino, y para darnos a conocer entre quienes aún no han tenido la suerte de venir a visitarnos.
Además, en el último año, Lanzarote ha recuperado el glamour de antaño y se ha convertido en destino deseado de actores, cantantes, deportistas e influencers. Plató natural además de películas, anuncios y series de televisión, la isla ha ofrecido su mejor cara al exterior.
Las cifras hablan por si solas y echan por tierra el discurso de quienes se empeñan en que Canarias, en general, y Lanzarote en particular deben de dejar de depender tanto del turismo. Lo cierto es, y esto se ha demostrado en pandemia, que, si el turismo va bien, el resto de los sectores y la economía insular van bien. En Canarias no hay industria, no podemos exportar porque no producimos nada, y lo poco que exportamos en agricultura tiene que ser subvencionado para que sea competitivo. Nuestra única fuente de ingresos es esta y hay que seguir mimándola. No decimos que no se puede diversificar la economía, pero debemos tener claro que el turismo siempre será nuestra principal baza. E, insistimos, hay que cuidarla.
Y estos mimos e inversiones no solo deben venir de parte de la iniciativa privada, que ha invertido y mucho en los últimos años en mejorar sus instalaciones, sino también de la pública. Necesitamos mejores comunicaciones, mejores infraestructuras sanitarias, mejor funcionamiento del transporte público, evitar posibles averías, cortes de agua o cualquier otro incidente que muestre una cara poco amable… en definitiva, invertir en nosotros y en la actividad que nos sacó de la pobreza y nos puso en el mapa internacional.
Lanzarote es un destino atractivo, con una oferta premium cuidada e interesante que tiene un gran futuro por delante, tal y cómo se demostrará en estos días en FITUR, la obligación de nuestros políticos es mantener el destino y mejorarlo. Esperamos y confiamos en ello.