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Dos mujeres con mucho poder

 

 

 

Comienza una legislatura en la que Psoe y PP van a marcar el ritmo en las principales instituciones de la isla. Dos mujeres con dos ideologías muy diferentes alcanzaron un acuerdo para gobernar una la isla, una a través del Cabildo, y otra la capital llegando a la Alcaldía de Arrecife. Dolores Corujo consiguió lo imposible, pactar con el PP de manera ventajosa cuando lo tenía todo perdido a pesar de haber logrado el meritorio premio de ser la más votada en el Cabildo. O mejor dicho conseguir por un puñado de votos (unos 160 votos) ganar a la bestia negra del “progresismo insular”, el nacionalista Pedro San Ginés. Pero Corujo consiguió mucho más. Evitó un pacto lógico y más cercano a lo que salió de las urnas, el acuerdo entre CC y PP, que le hubiera reportado a Ástrid igual poder o más, pero también más desasosiegos e inseguridades. Corujo ha firmado un pacto de sangre personal con Astrid Pérez, casi irrompible porque ambas se la juegan si fracasan. Si el PP hubiera apostado por el pacto lógico y previsible en Lanzarote, hoy Dolores Corujo se quedaría sin la Presidencia del Cabildo y sin cogobernar en la capital. Y todo con un coste cero. Sólo le ha costado entregar en bandeja a la ex-alcaldesa de Arrecife, Eva de Anta, al PP para que Astrid la mostrara en público. Hasta eso le vino bien a Corujo que se deshizo de lo que todos consideraban una política amortizada por las urnas. Corujo se lo había advertido pero una empodera Eva de Anta la desafío y prefirió jugársela presentándose a repetir Alcaldía.

 

En definitiva que con esta alianza Psoe-PP en Lanzarote, como le recordó la consejera de Podemos, dos mujeres tienen el poder en esta isla, aunque una más que otra porque supo jugar sus cartas mucho mejor. Una coge el poder insular con una institución boyante económicamente, perfectamente engrasada y con sus empresas públicas mejor que nunca y otra, en cambio, recibe un Ayuntamiento en la ruina, sitiado por los problemas, muchos de ellos estructurales, además bajo la amenaza de pagos millonarios como los 30 millones de euros que ya se han empezado a pagar a los propietarios del solar de Ginory.

 

Corujo lo tiene muy fácil, Pérez muy difícil. La socialista a poco que no cometa errores y no le guíe la soberbia ni el rencor, puede ser una presidenta que haga olvidar lo mucho de positivo que han tenido los 9 años de San Ginés para la isla. Algunos creen que ha sido hasta bueno que en el discurso de investidura como presidenta haya soltado la rabia acumulada durante tantos años por los gobiernos de San Ginés. Ahora, sin bilis, puede ser una presidenta de todos o de la mayoría, de ella depende. A Astrid le deseamos mucha suerte, la va a necesitar.

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