Bienvenido Míster Betancort
Bienvenido y toda la suerte del mundo, Míster Betancort. Se la deseamos, tal y como ya lo hicimos al principio del mandato con su antecesora, Dolores Corujo, porque la suerte suya será la de la isla. Por desgracia, los buenos propósitos de la ya expresidenta en su discurso de proclamación se quedaron en muy poco, ya que la obsesión por borrar la gestión de Pedro San Ginés le impidió avanzar adecuadamente en un mandato que, además, se le complicó con la pandemia. Por suerte para usted, no tendrá que borrar demasiado porque se ha hecho poco. De hecho, la sensación que ha quedado a su marcha es la de cuatro años perdidos mirando el retrovisor, por mucho que esa afirmación parezca exagerada.
Nos anima del nuevo presidente las ganas con las que ha llegado y su gran ambición política, muy necesaria a la hora de afrontar los temas capitales de la isla. Eso sí, no se abandone en la tarea porque le han dado un gran poder para que lo ejerza con equidad, pero sobre todo con eficacia. Una máquina tan grande y variopinta como el Cabildo, donde trabajan grandes funcionarios y otros menos eficientes, no es fácil de manejar. Le avisamos: cuatro años se le harán pocos.
Podrá ver como se cumple la "Ley de Parkinson" enunciada por el británico Cyril Northcote Parkinson en 1957, que afirma que "el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine". Es decir, una persona que deba hacer una tarea y disponga de un tiempo determinado para realizarla, siempre va a tender a ocupar por completo dicho tiempo, por mucho que sea más que de sobra para completar la actividad. En otras palabras, el trabajo a realizar se dilatará para acoplarse a la franja de tiempo disponible por completo. Además, los gastos se incrementarán hasta cubrir todos los ingresos y el tiempo dedicado a cualquier cuestión será inversamente proporcional a su importancia.
Huya de ese lento mastodonte que es la burocracia. Márquese retos a corto, medio y a largo plazo, pero que se vea la evolución. De hecho, usted ya se ha fijado diez grandes compromisos como hoja de ruta: como la aprobación del PIOL, el Plan Especial de La Geria y concluir los que regulan el Uso y Gestión en La Graciosa; planea revocar el acuerdo del Consejo de Gobierno de paralización de todas las instalaciones de energías renovables, y declarar de interés general los proyectos que encajen con el Plan Insular Energético incluido en el PIOL desechado; apuesta por el soterramiento de la carretera LZ-2 a la altura de Playa Honda y por la apertura de la carretera de El Golfo; por la puesta en funcionamiento del búnker de radioterapia y la apertura de la Unidad de Hemodinámica; proyecta un Plan Insular de Infraestructuras Hidráulicas con financiación propia de Cabildo y Ayuntamientos y un Plan Hidrológico Nacional Canarias-Estado, con financiación europea, para redes de riego para la agricultura; consolidar la isla como modelo de turismo deportivo y revertir el beneficio turístico en la sociedad, entre otras cuestiones.
Ahora tiene la mejor oportunidad, pero busque en todo momento la complicidad, no sólo de sus socios, sino de los sectores sociales en cada problema que surja. No pierda de vista que en Lanzarote está casi todo por hacer, y eso es una gran ventaja, pero también una gran responsabilidad.
Esperemos Míster Betancort que no nos pase a los lanzaroteños como a los vecinos de Villar del Río que después de hacerse ilusiones acabaron por ver desencantados como la comitiva americana pasaba de largo.
