¿'Abarrotados' mejor que vacíos?
Grandes colas para coger un taxi en el aeropuerto y en las zonas turísticas, centros turísticos abarrotados y hasta desbordados en algunos momentos del día, restaurantes al completo, playas que, cuando ha hecho buen tiempo, también han estado llenas, sobre todo las calas... esas imágenes que hemos vivido esta Semana Santa, en lo que han sido las primeras vacaciones 'normalizadas' tras la pandemia, dan muestra de 'éxito' turístico de la isla. Sin duda, nosotros somos de los que creen que, si hubiera que elegir, mejor llenos que vacíos, pero todos los sectores, y el turístico, el primero, están luchando para que la calidad de la visita a Lanzarote sea cada vez más elevada. Esta es la única forma de que sea posible, con poco incremento más de turistas, mantener la economía insular. El objetivo a medio y largo plazo debe ser un turista con mayor capacidad adquisitiva. Y, de hecho, los sectores consultados señalan que, en esta Semana Santa, el turista que ha elegido Lanzarote, sobre todo nacional y de interior, ha gastado en el destino más de lo habitual. Los datos lo demuestran: Binter batió récords en vuelos interinsulares. Y los Centros Turísticos con menos turistas que en la Semana Santa prepandémica de 2019, recaudaron más.
Lanzarote ha tenido una Semana Santa excepcional, casi a la altura de las prepandémicas, aunque no se llegó a alcanzar ese nivel. Es una buena noticia, pero, tras dos años rezando para que volviera el turismo, vuelve a surgir el debate de la capacidad de carga de la isla y de las medidas que hay que tomar, a corto, medio y largo plazo, para que Lanzarote no muera de éxito. Algo que no es la primera vez que planteamos. Entre estas medidas, es evidente que la isla necesita mejorar sus infraestructuras de comunicaciones, no para que venga más turismo, sino que para que los que vengan están mejor; es preciso que los CACTs reorganicen su manera de organizar la venta de entradas y conseguir que los turistas sepan en cada momento del día cuándo hay menos gente para que puedan programar su visita. Además, en el caso de las Montañas del Fuego, hay que cambiar los aparcamientos hasta Montaña Blanca y Yaiza y que los turistas accedan al interior del parque en guaguas eléctricas. Las entradas inteligentes son más que necesarias especialmente en épocas de tanto turismo como Semana Santa o el mes de agosto.
Hay que invertir en nosotros. Cuanto más mejore el destino, los servicios y nuestras infraestructuras, más sencillo será optar a un turismo premium que gaste mucho más, aunque venga en menor cantidad. Venimos de dónde venimos, de una etapa en la que las cuentas de los hoteles y de muchas empresas relacionadas con el sector, estaban a cero, así que estos días pasados han supuesto una inyección de optimismo para todos. Tenemos el atractivo, pero hay que cuidar los detalles para conseguir que Lanzarote sea un destino excepcional. Lo malo es que todavía falta mucho para conseguir ese turismo especial que buscamos porque no hay una inversión pública acorde a las necesidades de la isla.