Una Isla de tensiones
Por Antonio Coll
Yo no sé si el “electromagnetismo” que desprende las zonas volcánicas de la isla de Lanzarote tiene algo que ver con el comportamiento, a mi modo de ver infundado, de determinados grupos de personas y políticos, que están continuamente enfocando la negatividad ante cualquier proyecto que se materialice en la isla. Viene este preámbulo porque no entiendo las severas críticas realizadas contra el Museo del Atlántico sumergido en la costa de Playa Blanca, Yaiza. Como ya es sabido, días pasados se sumergieron las primeras esculturas del artista británico Jason de Caires, a 12 metros de profundidad, hasta completar las 400 figuras, contempladas en el proyecto impulsado por el Cabildo y con financiación de la Consejería de Turismo y Cultura del Gobierno de Canarias, con una partida de 800.000 euros, fondos presupuestados para inversiones turísticas en Canarias. El Museo del Atlántico ocupará una superficie global de 2.500 metros cuadrados y ya a partir de marzo se puede visitar a nado o buceando, si bien el proyecto se culminará definitivamente en el verano de 2017.
Cargos públicos y miembros de la formación Podemos, entre otros, exhibieron en el primer acto celebrado para la inmersión de las citadas esculturas, pancartas con el lema: “Museo de la corrupción”. La intencionalidad de sus protestas iba dirigidas al lugar elegido para el museo, muy cercano al Puerto Deportivo Náutico Marina Rubión, instalaciones, en su día, muy protestadas por sectores proteccionistas y seudoecológicos. Estos mismos grupos también se opusieron, en su día, a la instalación de la mejor planta hotelera de la isla. Cuando digo “isla de tensiones” es porque, desde hace muchos años, la dinámica de determinados sectores minoritarios de la sociedad, han intentado “minar” cualquier proyecto, por muy beneficiario que sea para el interés general, si no es impulsado por ellos mismos. Confundir a la opinión pública con ese principio de mentalismo negativo solo conduce a perjudicar la buena imagen turística de la isla. Yo no sé el recorrido que puede tener las críticas infundadas, pero, por supuesto no es nada bueno. El propio artista eco-escultor británico, se quedará asombrado, porque no entenderá nada, cuando él ha tomado la decisión de elegir los fondos marinos de Playa Blanca para su obra submarina museística, en vez de haber optado por otras propuestas, para ejecutarla, en otros destinos turísticos mundiales. También estas críticas hay que encuadrarlas en la campaña destructiva contra el actual presidente Pedro San Ginés, desde el principio de la legislatura, por parte de determinados grupos de la oposición, en el gobierno insular.
La mayoría de los más importantes medios de comunicación del Reino de España, ha publicado la noticia, algunos incluso muy destacada, como La Vanguardia de Barcelona, El Periódico de Cataluña, El Español, ABC, La Sexta, TVE. etc. así como medios británicos e internacionales y redes sociales como Facebook.. Esta repercusión propagandística, potencia la isla de Lanzarote como un destino turístico de primer orden.
El Museo del Atlántico será un impulsor internacional que potenciará aún más a todo nuestro patrimonio cultural, histórico y tradicional de Lanzarote. Sin lugar a dudas, fomentará la oferta turística, en el ámbito del arte y el deporte.
Mientras una buena mayoría de la población de la isla, están más centrada en lo positivo, otros se han acostumbrado a pensar y protestar de forma negativa e intentar frenar la prosperidad y el futuro de la isla. No tienen remedio, así que es mejor asimilar esas acciones para poder vivir de manera más confortable, en una isla de “permanentes tensiones”. Esto es lo que hay. Aun así, Lanzarote seguirá “navegando” con el mejor timón para mantenerse como un destino turístico diferenciado, en un mercado globalizado y muy competitivo.