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¿Tienen los cuentos una edad?

 

Sara González

 

 

 

 

¿Tienen los cuentos una edad? Se suele relacionar los cuentos con la etapa más infantil de las personas, como una herramienta tranquilizante, ampliación de vocabulario en etapas muy tempranas que además, ayuda a desarrollar la imaginación. Por lo que siempre se me ha presentado la duda de si los cuentos son cosas de niños.
Es evidente que según la edad, se puede adaptar la versión, ¿pero no es este un medio maravilloso para desarrollar la creatividad y jugar con el intelecto para inventar cómo podría seguir la historia?, aunque el final este cerrado. De aquí saldrían millones de variantes de cada historia si unimos los nuevos finales de cada persona, que a su vez, se convertirían en los inicios de nuevos relatos.


He de reconocer que esto es algo que me gusta hacer con los relatos, incluso series que más me atrapan. Aunque también es cierto que cuando probé la opción de poder elegir en una película de Netflix el rumbo que tomaría la filmación, reconozco que no me gustó nada.


Aunque pueda sonar contradictorio, en ese momento sentí que no podía tener libertad en su totalidad para elegir qué hacer, ya que tenía que elegir entre dos opciones que, evidentemente, estaban ya perfectamente cerradas por un guion.


Por un lado siento que es como una falsa libertad y por el otro, me da la sensación de que son relaciones entre personajes inacabadas. Todas ellas. Dejando un resultado que pareciera un caos en el que todo que sumamente revuelto, perdiendo incluso, en ocasiones, el hilo conductor de la historia porque todo se empieza a enredar con una facilidad mayor que un ovillo de lana cuando le quitas el papel que lo mantiene unido y en periodos cortos de tiempo empiezas a utilizarlo y dejarlo parado, utilizarlo y dejarlo parado, sucesivamente.


Un lío sin fin que me desconcentra y agobia un poco, la verdad. Es por ello que prefiero las historias con un final, abierto o cerrado, me da igual, porque lo que busco es empezar un nueva historia desde este punto de partida.


Con los cuentos es dónde más me gusta hacerlo, por eso los busco y busco. Sin embargo, he de reconocer que el que más me gustó lo encontré hace varios años ya, cuando estaba en el colegio, poco antes de la llegada del Delta. El buscador, de Jorge Bucay. Un relato con el que ha día de hoy sigo reflexionando si todo buscador, encuentra, mas buscar no siempre significa encontrar; o si por el contrario, todo el que encuentra es porque busca algo o no.


Es por ello que sigo pensando si en realidad, ¿tienen los cuentos una edad?

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