Petróleo, la oportunidad perdida
Francisco Pomares
La petrolera británica Europa Oil & Gas, encargada por Marruecos para realizar estudios del subsuelo submarino a unos 350 kilómetros al noreste de La Graciosa, publicó hace unos días su memoria del pasado trimestre, en la que asegura haber descubierto un macroyacimiento de petróleo con potencial para extraer más de mil millones de barriles. No todo el mundo ha reparado en que se trata de la misma exacta cantidad de barriles de los que se habló hace ahora ocho años, cuando Repsol decidió perforar en la bolsa de petróleo que hay entre Canarias y Marruecos.
Las teorías de la conspiración se han disparado, provocando una sorprendente cadena de argumentos entre absurdos y ridículos sobre la coincidencia entre el anuncio de EO&G y los movimientos francoalemanes (con comparsa española) para mejorar las relaciones con el reino alauita. Lo cierto es que el histerismo desatado no se compadece con el hecho de que la propia EO&G comunicara ya el pasado agosto que Inezgane –el suelo submarino donde se va a perforar- podría contener un tesoro incluso el doble de grande. El informe publicado ahora, reduce hasta el 50 por ciento las iniciales previsiones, que aún así no son moco de pavo: representan casi tres años de PIB canario…
La británica no es la única petrolera que está interesada en asociarse a Marruecos: pocos días antes de que la noticia sobre los mil millones de barriles provocara histerismo a partes iguales entre ecologistas y petroleros de la competencia, la italiana Eni -Ente Nazionale Idrocarburi-, anunció su intención de iniciar perforaciones exploratorias en Tarfaya, a unos 500 kilómetros al Sur de dónde EO&G asegura haber dado con sus mil millones de barriles. La coincidencia de ambas noticias demuestra la premura con la que se reacciona en otras latitudes al aumento de los precios del crudo y el gas, y a la crisis energética más grave a la que se enfrenta Europa desde 1973. Italia parece haber cogido carrerilla tras cerrar con Argelia el contrato del siglo para abastecer de gas su industria y vender una parte a Europa. Ahora, con la participación de la antigua energética estatal -Eni es una petrolera tutelada por el ministerio de Economía y Finanzas italiano, que es propietario de su paquete de acciones de referencia y nombra a su presidente- Italia cierra otro acuerdo energético con Marruecos. Por partida doble.
Lo cierto es que –al margen de que sea rentable explotarlos o no, eso seguirá por demostrarse durante algún tiempo- lo que se encuentra a ambos lados de la mediana que separa las aguas españolas de las marroquíes, puede “ser pinchado” a un lado y al otro. Sólo eso ya justificaría la creación de una sociedad hispano-marroquí que se encargara de rentabilizar para empresas de ambos países la extracción y comercialización del crudo. Esa posibilidad, que podría haberse planteado hace algunos años, y que fue tanteada en los viajes oficiales de Zapatero y Rajoy a Rabat, parece hoy no ya más difícil, sino incluso completamente imposible. Primero, porque la idea de extraer combustibles fósiles se ha convertido en un anatema para la mayoría de los canarios, y para muchos otros españoles. Seguir usando gasolina y fuel en el transporte privado -como si no hubiera un mañana-, eso sí parece perfectamente tolerable, pero el petróleo que quemamos sin tregua, que lo extraigan otros. También porque Marruecos, a lo largo de estos últimos diez años, ha avanzado mucho en la logística de avituallamiento y disposición de mano de obra que necesitan las plataformas de perforación, y que hoy se desarrolla en los puertos marroquíes, mientras Canarias se ha quedado voluntariamente fuera de escena.
La reacción de los sectores turísticos de Lanzarote y Fuerteventura, y la beligerancia de los grupos ecologistas, ha dejado a las islas completamente al margen del botín. Si se encuentra petróleo, Marruecos chupará de nuestra parte de la bolsa, desde su lado de la mediana, y nosotros acabaremos comprando sus relucientes barriles a 110,52$, para pisar a fondo el acelerador o alimentar nuestras centrales eléctricas antediluvianas. Y encima Paulino Rivero seguirá vendiéndonos como el gran éxito de su esplendorosa etapa de gobierno, todo este absurdo desastre.