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Netflix abrió la Caja de Pandora

 

Andrés Martinón

 

Escuche aquí el audio de su autor

 

 

 

Vi el otro día un post en Facebook que me llamó la atención. Se veía una foto de Tom Hanks en pleno rodaje de Forrest Gump y el pie de foto decía en inglés, algo así como, que en octubre de 1994 todas estas películas estaban proyectándose a la vez en todos los cines del mundo: Pulp Fiction, Forrest Gump, Cadena Perpetua, El Rey León y Jurassic Park.

 

Es que repaso este listado y me entra la risa. Cada una de estas películas sería la mejor no solo de un año cualquiera, sino a lo mejor de la década. Todas ellas dignas de estar en el libro de las mejores películas, ya sea por un motivo u otro. Para que se hagan una idea, Cadena Perpetua, que es considerada por uno de los portales web más fiables como la mejor película de la historia, no ganó ni un Oscar.

 

Esta introducción es para poner sobre la mesa un tema que he tratado de forma tangencial alguna vez y no es otra cosa que la forma de crear, en el cine, en la música, en los videojuegos.... se detuvo en los años 90.

 

Seguro que muchos que leen estas líneas pensará ya va el noventero este que está a punto de cumplir 50 años y le está dando un ataque de nostalgia. Pues este artículo no va a ser nada nostálgico. Es más, va a terminar como un giro de guion, como si del final de Cadena Perpetua fuera.

 

Digo que acabó en los 90 la forma de crear por una cuestión que no me la invento yo, sino que es una realidad y no es otra cosa que la llegada como un vendaval de internet y sobre todo la creación de los programas P2P, que permitían la copia perfecta y gratuita de las creaciones artísticas más populares como DVD, CDS o videojuegos. Este ataque a los ingresos que por ejemplo en el cine significaba el mercado de los videoclubes y la venta de DVD derivó en una crisis en toda regla y en un repliegue de los estudios que solo rodaban películas de superhéroes y Fast and Furious o todo lo contrario, pequeñas productoras con películas de bajo coste y de alta intelectualidad. Y lo que se perdió fue la clase media de películas como Atrapado en el Tiempo, Dave presidente por un Día o Austin Powers. Películas que revivían en el mercado de segunda mano que eran los video clubs y DVD.

 

Pero después de 20 años de crisis, llega una nueva era y viene en forma de plataformas. Netflix ha abierto la caja de Pandora y, señoras y señores, aquí va mi canto al optimismo y la muerte a la nostalgia, se está abriendo un escenario en el que se volverá a ver cada vez más producciones intermedias en las que las plataformas harán de esos estudios que encontraban rentabilidad en películas que podían enganchar con determinados públicos. No veo nunca Netflix. Es la única web online de películas y series que tengo contratado. Las películas me parecen regulares, pero creo que se está apostando por todo tipo de mercado. Netflix, HBO, Prime u otras demandan mucha producción y ahí habrá hueco para los nuevos creadores. El tiempo me dará o me quitará la razón.

 

“Netflix, HBO, Prime u otras demandan mucha producción y ahí habrá hueco para los nuevos creadores. El tiempo me dará o me quitará la razón”

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